El chico de la bicicleta

Crítica de Martín Tricárico - A Sala Llena

O benditos sean los Dardenne

Un niño agarra fuertemente el tubo del teléfono. No quiere soltarlo, a pesar de que así se lo demandan. Su expresión, de una expectación indescriptible, es frenética. Está esperando oír una voz. Una sola voz, la de su padre...