El cazador y la reina del hielo

Crítica de Iván Gordín - Alta Peli

Una nueva reina malvada amenaza con destruir el Reino de Blancanieves y sólo Chris Hemsworth puede impedirlo.

Y no vivieron felices para siempre

Si imaginan un collage de todo lo que estaba de moda en 2012, el resultado probablemente se asemeje mucho a Blancanieves y el Cazador. En aquél tiempo lejano Kristen Stewart protagonizaba franquicias, Chris Hemsworth parecía ser un actor redituable por fuera de Marvel, Los Juegos del Hambre sorprendían a todos, Game of Thrones estrenaba su segunda temporada y El Hobbit de Jackson todavía no había convertido a la Tierra Media en un videojuego. Pese a recibir críticas mixtas, aquél film – o apuesta corporativa – gozó un buen rendimiento en la taquilla, y gracias a esos números Universal decidió avanzar con una continuación sin pensar demasiado en las consecuencias. Cuatro años después tenemos El Cazador y la Reina del Hielo, una desabrida precuela/secuela/spin-off (?) que lucha mantenerse a flote en un mar de desidia.

Las adolescentes crecieron, ya no les interesa ver a Bella Swan cabalgando como Arwen y luchando en combates medievales. Esta quizás sea – junto a un supuesto affair de la actriz con el director – la principal razón por la cuál no se haya optado por continuar la historia de Blancanieves y remplazar a Kristen Stewart por dos interpretes infinitamente superiores como Jessica Chastein y Emily Blunt. Sin embargo, ninguna de las dos serán protagonistas de la cinta ya que tiene que haber un hilo conductor con la primera entrega y ese es Chris “Thor” Hemsworth. El foco de la trama está en la lucha del Cazador y su fiel patiño/esposa Sara (Jessica Chastein) contra la reina Freya (Emily Blunt), algo así como Elsa de Frozen – porque bueno, si pegó en Disney acá también – y que ahora nos enteramos es la hermana de Ravenna (Charlize Theron) a pesar de que ésto jamás se había mencionado antes y que de hecho en la primera parte aparece un hermano que ésta película ignora totalmente. En fin, tampoco se termina de saber si es una precuela porque nos narra los inicios del Cazador o una secuela porque nos cuenta las aventuras del mismo luego de ayudar a Blancanieves; pero bueno, si el estudio no lo sabe nosotros tampoco tenemos la responsabilidad de saberlo.

Las franquicias no mueren de pie
Aparentemente los guionistas no tenían muy en claro que tipo de historia querían contar, si una épica medieval con tintes fantásticos a lo Game of Throne (el título original es Winter’s War), un cuento de hadas a lo Kenneth Branagh o una película de acción a lo Hansel & Gretel: Cazadores de Brujas. Es así, por ejemplo, que en medio del voice over de Liam Neeson observamos a un bebe incinerado o en otra escena a una princesa preguntadole a su “espejito” quien es la más bella mientras Hemsworth trepa paredes con su martillo mágico hacha como un héroe de acción. A su vez, el guión pretende que el espectador acepte hechos de la trama con simples menciones en los diálogos. Se supone que debemos tener miedo de un gran ejército destructor o enamorarnos de la adorable pareja protagonista pero nunca se nos muestra ninguna de las dos cosas. El desarrollo de los personajes brilla por su ausencia y los actores hacen lo que pueden con el material que le otorgan, el único personaje con algo de profundidad y rango emocional es el de Emily Blunt (que tiene que dejar de elegir estos proyectos). El resto sólo se limita a pelear con pésimas animaciones CGI y hacer chistes de enanos.

Conclusión

El Cazador y la Reina del Hielo es el horrible resultado de una extraña mezcla de modas pasajeras. Un estudio de mercado sin disimulo, sin historia consistente y malos efectos especiales.