Duna

Crítica de Manuel Otero - MiráEstaPeliYa

Tan gigante como su director

Un director que se desafía una y otra vez. Con un colchón de excelentes películas tales como Incendies (2010), Prisoners (2013) y Arrival (2016) -por nombrar algunas-, Denis Villeneuve tuvo la posibilidad de realizar la secuela de la mítica Blade Runner (1982) de Ridley Scott. ¡Y qué bien lo hizo! Ahora, siguiendo la línea de la ciencia-ficción, decidió embarcarse en un territorio oscuro que deseaba desde hace tiempo: lleva a la pantalla la majestuosa obra Dune de Frank Herbert. Territorio en el que Jodorowsky no pudo encontrar el rumbo y aquel en que el mismísimo David Lynch (1984) se llevaría una mala recepción de crítica y público por su versión cinematográfica de la novela.

La película transcurre casi en su totalidad en el planeta Arrakis, conocido por un vasto desierto que provee de una especia que es de las más valiosas de la galaxia. Cuando la familia Atreides es enviada por el Emperador a administrar esas tierras, se verán involucrados en una serie de traiciones y engaños que no estaban esperando.

Para no cometer los errores de sus predecesores, Villeneuve decidió dividir la obra en dos películas (la secuela se espera para 2023). La magnitud de esta historia y el mundo por dar a conocer era casi imposible para una sola entrega. En esta espectacular introducción, no hizo más que dejarnos impacientes por la parte final.
La puesta en escena es magnífica, enorme. Hace un tiempo, Denis declaró que desde el rodaje de Incendies ya venía buscando locaciones para llevar a la pantalla grande Dune. Cada fotograma es un suspiro. Cuanto más grande la pantalla, más disfrutable. Y para acrecentar lo monumental, Hans Zimmer compuso una banda sonora que penetra, invade a cualquier espectador, que queda arrojado y perplejo ante este universo tan extraño y gigante que trajo Villeneuve.

La trama se siente coherente en toda su extensión, construyendo una mitología e intentando dar a conocer a la audiencia los pormenores de estos planetas y sus habitantes, los conflictos políticos, lo espiritual y lo terrenal. Por momentos parece ser una mezcla de Star Wars y The Lord of the Rings, aunque no deja de gozar de esencia propia, siempre vacilando -inteligentemente- entre lo cerebral y lo más comercial.

Del reparto no se podía esperar menos. Cada uno del elenco plagado de estrellas tiene sus momentos, encabezados por un Chalamet y una Ferguson brillantes. Seguramente algunos actores y actrices serán más gravitantes en la segunda y última entrega de Dune. Quizá esto último haya sido un foco de crítica: al ser el inicio de una par de cintas, por momentos se percibe algo introductoria y sin tanta acción como se esperaba. Claro está que el panorama ya está presentado y la segunda cita dentro de dos años se dedicará más a los acontecimientos propiamente dichos.

Dune es una de esas películas que recuerdan la poderosa fuerza del séptimo arte. Alejado de producciones pensadas para ver en pantalla chica, Villeneuve vuelve a los cimientos y construye un mundo enorme, que se siente como una declaración de principios: “esto es cine”. Nos embriaga con una complejísima obra de ciencia-ficción que dará que hablar y, por supuesto, esto es solo el principio…

Puntaje: 9/10

Por Manuel Otero