Dry Martina

Crítica de Natalia Intili - Loco x el Cine

Dry Martina es el tercer largometraje del realizador chileno Che Sandoval. A diferencia de su films anteriores (Te creís la más linda (pero erís la más puta), Soy mucho mejor que voh), la protagonista de esta historia es una mujer. Martina, interpretada por la argentina Antonella Costa, es una cantante de pop argentina que tuvo su momento de fama y, si bien ahora no está pasando su mejor etapa, supo ser lo suficientemente conocida como para que exista una banda que se dedique a realizar covers de sus canciones…en Chile. Ella es sin dudas una mujer sensual, sexual, su imagen está construida desde la atracción y el deseo. Sin embargo, en su vida privada no hay tal fuego, no hay tal pasión. Martina no consigue que nada la caliente, está, como se encarga de referenciar el título, seca.

Un día se le aparece en la puerta de la casa una chica chilena, Francisca (Dindi Jane)  que la sigue después de uno de sus conciertos para revelarle que es su hermana. Pero Martina no quiere saber nada acerca de una supuesta hermana y se deshace rápidamente de ella, no sin antes echarle el ojo a su novio, César (Pedro Campos), por quien siente toda la atracción sexual que no venía sintiendo hace tiempo. Su conexión con César resulta una especie de revelación milagrosa, él es la solución a su problema. Por este motivo lo persigue y lo encara, van a su casa y tienen una noche maravillosa. Pero, al día siguiente, el muchacho chileno se vuelve a su país a pesar de la determinación e insistencia de Martina para que se quede con ella. Entonces, resuelta a no quedarse sin su santo remedio, decide ir a Chile a buscarlo.

Martina dice que en la cama es el único lugar donde se siente libre. La pérdida de esa libertad le dejó un enorme vacío que no sabe cómo llenar y ahora que el único hombre que la calienta no quiere saber nada más con ella, se encuentra desesperada. Se acerca a su supuesta hermana para poder estar cerca de César pero finalmente establece una especie de amistad con ella y con su padre (Patricio Contreras)que no está lejos de parecerse a un vínculo familiar.

Dry Martina está atravesada fuertemente por costumbrismos tanto chilenos como argentinos. Muchas escenas están escritas de modo que el tematizar sobre las diferencias de lenguaje, expresiones cotidianas y modos del habla, es lo que hace que los personajes vayan encontrando una forma de comunicarse, de conectar. En muchas escenas es en ese punto donde se introducen las situaciones más cómicas de la película, debido a las confusiones y malentendidos que se generan. Todos los  personajes de la película se caracterizan por tener un carácter fuerte y avasallante, especialmente en el caso de las mujeres. Tanto Martina como Francisca van de frente, encaran lo que quieren, buscan satisfacer sus deseos y caprichos como sea. Sin embargo, esta actitud parece responder a una necesidad de evitar algunas duras realidades, sobre todo la soledad.