Dragon Ball Z: La resurrección de Freezer

Crítica de Leonardo Perez - Función Agotada

Porque murió por nosotros y resucitó para salvarnos… TE AMAMOS GOKU

Ya en Sintonía de Amor (Nora Ephron, 1993) hay una escena genial donde el personaje de Tom Hanks y el de Rita Wilson hablan sobre el melodrama Algo Para Recordar (Leo McCarey, 1957, leit motiv en ese film). Ella, entre lágrimas al relatar una escena clave de aquella película, los acusa de la incapacidad masculina para entender el romance. A lo que ellos retrucan “los hombres también nos emocionamos con las películas”, para acto seguido fingir llanto hablando del final de Doce del Patíbulo (Robert Aldrich, 1967), terminando conmovidos en serio, muy a su pesar. Dragon Ball: La Resurrección de Freezer (Tadayoshi Yamamuro) es un poco esas lágrimas.

Existen momentos, que a todos los amantes del anime japonés, nos quedaron grabados en el subconsciente emocional. Ejemplos tenemos miles, La última batalla de Asuka (Evangelion), Battusai Himura vs Hiko Seijuro (Rurouni Kenshin), Spike vs Vicius (Cowboy Bebop), Rock Lee vs Gara (Naruto) y por supuesto Goku vs Frezzer (Dragon Ball Z), siendo esta última una de las de más larga duración en la historia de la animación oriental. En este épico combate somos testigos de cómo los guerreros Z hacen lo impensable al derrotar al emperador del universo Lord Freezer y es también donde, por primera vez, nuestro amado Goku-San alcanza el grado de Super Sayayin (shit got real madafaka!!).

Dejando de lado la historia de cómo llegó a emitirse en américa latina, que no es poca por cierto, esta serie marcó un antes y un después en la vida de incontables niños/adolescentes, transformando así la rustica concepción de aquel entonces del bien y el mal, la amistad, la redención, la esperanza y el crecimiento personal. Regalándonos un universo donde la maldad puede convertirse en bondad. Nada más representativo que la frase de Goku poco antes de derrotar a Majin Boo: “Eres un ser increíble, diste lo mejor de ti y por eso te admiro. Pasaste por varias transformaciones, fuiste tan poderoso que todos nosotros te odiamos [...] te estaré esperando para pelear, yo también entrenaré, entrenaré mucho para volverme más fuerte. Adiós Majin Boo”. El mensaje de DBZ siempre fue el de la auto superación y el de enfrentarse a los problemas en vez de huir de ellos.

El mensaje de Dragon Ball Z siempre fue el de la auto superación y el de enfrentarse a los problemas en vez de huir de ellos.
Por este, y por muchísimos otros motivos, esta última producción de Goku y cia. (decimonovena de la franquicia) tiene un no sé qué espectacular. Honestamente si vamos a los aspectos técnicos es considerablemente inferior a su predecesora Dragon Ball Z: La Batalla de los Dioses en la que la pelea entre Goku y Bliss se asemeja más a los tenkaichi budokai de las consolas domésticas. El estilo de animación es bastante tradicional al respecto, quizás con la intención de crear algún feedback nostálgico con aquella mítica primera batalla entre los protagonistas. Mismo para el espectador atento, hay escenas calcadas donde Goku y Vegeta simplemente intercambian posiciones. A nivel argumental, sí es mucho más sólida. Omitiendo ciertas incongruencias en los niveles de pelea, la historia decanta por sí sola, alcanzando el climax con el inicio de hostilidades entre Goku y Freezer. De ahí en adelante, podes estar de acuerdo o no de cómo se plantea la situación.

Ahora bien, a diferencia de Naruto, La Película, DBZ tiene una espalda muy ancha para bancarse todas las críticas las cuales no serán pocas. Es probable que los otakus (fans acérrimos de la franquicia) no salgan contentos de las salas de cine, pero saldrán con una media sonrisa en la boca pues es evidente que estas últimas dos producciones sirven de base para lo que se viene, Dragon Ball Super, historia que se sitúa seis meses después de los incidentes con Majin Boo y que contará con, al menos, cien episodios. Por consecuencia, está no será la última oportunidad en la que veremos a Son Goku, Vegeta, Bliss y cia. en la pantalla grande.

Concluyendo, si bien se esperaba mayor espectacularidad, Dragon Ball Z: La Resurrección de Freezer es un digno comienzo para lo que se vendrá de aquí a poco tanto en fílmico como en papel.

DATO LOCO: Se dice que la canción del grupo musical Maximum The Hormone fue la que inspiró a Akira Toriyama para dar el ok en el desarrollo de esta última película.