Dos son familia

Crítica de Juan P. Pugliese - EscribiendoCine

Solos contra el mundo

Dos son familia (Demain tout commence) es la remake de la película mexicana No se Aceptan Devoluciones (2013). El film se limita a replicar la trama de aquella de forma fiel y se apoya íntegramente en la excelente interpretación de Omar Sy (Amigos intocables, 2011).

Samuel vive en Marsella y trabaja a bordo de un barco turístico. Durante el día pasea a los visitantes y por la noche organiza fiestas donde consigue a la mayoría de sus conquistas amorosas. La rutina se altera cuando una mañana aparece una de sus amantes casuales (Clémence Poésy) con un bebé en brazos y asegura que se trata de su hija. Luego de pedirle dinero para pagar el taxi, desaparece sin dejar rastro. Solo con la niña, viajará a Londres en busca de la madre y se instalará allí con la esperanza de volver a encontrarla.

La película se divide en dos partes bien diferenciadas. Por un lado, la primera, donde Samuel se adapta a su nueva vida como padre y doble de riesgo en una serie de acción. Aquí es donde la comedia se desarrolla con buen pulso por parte del director Hugo Gélin. Las situaciones más graciosas se dan cuando el protagonista debe hacerse cargo de la crianza de su hija en un país que no es el suyo, con un idioma que no domina y que tampoco se preocupa en aprender. Samuel decide mentirle a su hija e inventa una historia donde su madre es una espía que viaja alrededor del mundo completando intrincadas misiones.

En la segunda parte se da paso al drama, de golpe pero con cautela. El problema surge cuando ella vuelve y reclama el lugar que dejó vacante. Cuando la trama comienza a dar indicios de que el resto del film girará en torno a la batalla judicial por la tenencia de la criatura, como en Kramer vs. Kramer (1979), la película se centra en una cuestión más grave que Samuel mantuvo en secreto.

Son muy pocas las reversiones que superaron o, al menos, igualaron a la película original. Dos son familia puede considerarse un film tierno y emotivo que le hace justicia al de Eugenio Derbez gracias a la eximia interpretación de Omar Sy pero, sobre todo, por respetar la trama.