Dos son familia

Crítica de Carolina Taffoni - La Capital

"Dos son familia": golpe bajo al corazón

Samuel es un mujeriego que vive en Marsella y tiene un trabajo muy relajado: pasea turistas en un barco y organiza fiestas en la playa. Su vida se altera totalmente cuando una de sus amantes casuales aparece con una bebé y afirma que se trata de su hija. La mujer desaparece sin dejar rastro y Samuel debe madurar de golpe para convertirse en padre soltero. Ese es en principio el planteo de "Dos son familia", remake de la comedia mexicana "No se aceptan devoluciones" (2013), que batió récords de taquilla. Respetando el débil guión de la original, la película francesa protagonizada por Omar Sy (toda una estrella en Francia), comienza como comedia y después se transforma en un dramón pasado de rosca que no genera ninguna emoción creíble. Cuando la hija en cuestión ya tiene ocho años, su madre reaparece en escena para reclamar sus derechos. Pero eso no es todo. La historia se tiene reservadas algunas vueltas de tuerca que resultan irritantes. "Dos son familia" no llega a funcionar en ningún aspecto. Como comedia está viciada de estereotipos y chistes trillados, y como drama desbarranca en golpes bajos que rozan el ridículo. Omar Sy y Gloria Colston (la pequeña que personifica a su hija) consiguen una buena química, pero eso no alcanza para salvar a la película.