Dolores

Crítica de María Paula Putrueli - Tiempo de Pochoclos

Con motivo de la reciente muerte de su hermana, la protagonista homónima que da título al film, decide volver de Escocia hacia la estancia Los Ombúes, ubicada en las pampas argentinas. Allí viven su cuñado, su único sobrino y su concuñada, todos personajes que parecen haberse detenido en el tiempo, tras la pérdida de la mujer que unía dicha familia.

Dolores llega para intentar componer no solo los lazos familiares resquebrajados, sino también la complicada situación económica que atraviesa la estancia. Con un carácter fuerte y tenaz, hará todo lo necesario para disminuir las deudas, combatir el alcoholismo en que se encuentra sumergido su cuñado, brindar un poco de alegría y juego a su sobrino y lograr una relación menos tensa con su estructurada concuñada.

Situado durante la Segunda Guerra Mundial, el film se define como un correcto drama de época que oscila entre la trama bélica y la trama amorosa, ya que Dolores y su cuñado retoman una intimidad que habían dejado inconclusa mucho tiempo atrás, la cual se verá afectada cuando aparezca el tercero en discordia, un vecino de familia alemán, quien se convertirá luego en la posible salvación no solo de Dolores, sino también de los asuntos financieros.

Desde el punto de la reconstrucción de época, todo es prolijo y preciso, la fotografía y arte aportan en términos de belleza y composición en cada fotograma; sin embargo puede que en muchas ocasiones la lentitud con que la historia se cuenta, termine por afectar estos puntos positivos que el film posee.

En el plano actoral es donde reside el mayor problema. Dolores es interpretada por Emilia Attias, quien desde la postura y porte de una mujer de época pareciera encontrarse demasiado acartonada, como atrapada en el vestuario de época, todo se vuelve demasiado forzado, los diálogos no terminan de convencer y el tono de argentinos con origen familiar inglés parece quedar a mitad de camino en lo que se intenta contar. No obstante, cabe mencionar que en ciertas escenas la actriz logra una caracterización más acertada, con lo cual logra generar una empatía temporal con el espectador.

Guillermo Pfening tampoco logra lucir los dotes actorales que ya hemos visto en films anteriores, su composición de Jack, un hombre deprimido y alcoholizado, queda por debajo de lo que un actor de su talla puede brindar. Los niños debutantes (Mateo y Felipe Flossdorf), en el papel de Harry, el sobrino, no desentonan en lo poco que el papel les demanda.

En cambio, sí se destacan Mara Bestelli, como la hermana de Jack, una mujer recta, que ha hecho de esa estancia y la familia de su hermano, todo su mundo, y con la cual el atrevimiento de Dolores chocará más de una vez, y Roberto Birindelli, lleva a su personaje de alemán acaudalado, al posicionarse como lo más verosímil del film.

El guión pareciera no terminar de hacer hincapié en el drama romántico que plantea, algunas decisiones de los personajes no parecen del todo creíble con la trama que se ha ido desarrollando, convirtiendo a Dolores en un correcto film de época que podría haber sido mucho más interesante de lo que finalmente es.