Doctor Strange: Hechicero supremo

Crítica de Hernán Khatchadourian - Diario Popular

Doctor Strange: misticismo para principiantes

Esta nueva película de Marvel Studios no hace foco en los superhéroes sino en lo oculto; y hechiza con su imaginería visual ilimitada.

Parece que la cosa viene por el lago mágico del cine y por eso en dos semanas llegaron a las pantallas locales dos filmes centrados en las artes místicas. El jueves pasado fue el debut de Newt Scamander, el heredero de Harry Potter, y esta semana llegó Doctor Strange, el personaje al que los Vengadores recurren cada vez que enfrentan un peligro que no se soluciona con trompada o rayos.
Marvel Studios demuestra en esta ocasión que lo suyo no son sólo los superhéroes sino que es capaz de adaptar con buena fortuna a cualquiera de sus personajes, cualquiera sea su habilidad.
En este caso, y sin salirse del universo en el que conviven los mencionados Vengadores, Spider-Man y los personajes de las serie de Netflix (Daredevil, Jessica Jones y Luke Cage), la historia hace foco en el lado místico de esta Tierra en el que se revela que un grupo de hechiceros cuida el planeta de sucesivas invasiones encaradas por poderes más allá de la comprensión humana.

Es precisamente en este mundo en el que surge Stephen Strange, un cirujano con el ego más inflado que Tony Stark (Robert Downey Jr.) que, tras sufrir un grave accidente en el que queda incapacitado para ejercer su profesión, busca la sanación por métodos poco tradicionales.
Sin embargo, luego de darse cuenta de que Strange tiene la notable capacidad de aprender con suma facilidad todo lo que se tiene que saber acerca de lo sobrenatural, una milenaria hechicera a la que se conoce como "Ancestral" (Tilda Swinton) decide convertirlo en uno de sus aprendices más importantes y le enseña a dominar las fuerzas que controlan el tiempo y el espacio con la esperanza de que se convierta en guardián de alguno de los templos diseminados alrededor de la Tierra que sirven como bases de operaciones para la secta y detenga Kaecilius (Mads Mikkelsen), un oscuro mago renegado que busca favorecer la llegada de un demonio denominado Dormammu.

El director Scott Derrickson, que hasta ahora se había despachado con algunos llamativos títulos del género de terror (El Exorcismo de Emily Rose, Sinister y Líbranos del Mal, entre otras) de exiguo presupuesto, despliega una inusitada imaginería visual favorecido que no deja de sorprender minuto a minuto por lo arriesgado de la propuesta. A no malentender: los fanáticos de Marvel que van a ver una película del personaje sin conocer su historia se llevarán una gran (y grata) sorpresa al ver como el realizador se las ingenia para transformar el nudo de la historia en una gran clase de misticismo para principiantes, merced a unas secuencias muy bien explicadas.
Derrickson (y los guionistas que también tienen gran parte de la responsabilidad) no sólo están a la altura de las circunstancias sino que además superan las expectativas con una narrativa muy bien equilibrada que lleva a espectador del drama a la acción con una exquisitez que apenas puede notar. Hay unos planos que en el tráiler recuerdan a El Origen de Christopher Nolan pero que en el film se sustentan por sí mismos y que vistos en 3D (o mejor aún, en 4D) son realmente impresionantes y valen la pena la diferencia del precio en la entrada.

A nivel actora, Doctor Strange cuenta con la inigualable presencia de Benedict Cumberbatch, ese actor que supo actualizar a Sherlock Holmes sin perder la esencia del personaje y se convirtió en el actor "de moda" en el círculo freak internacional, que en esta ocasión no sólo simula un acento norteamericano a la perfección sino que logra alcanzar el nivel de carisma de los demás actores que trabajan en estas películas como Robert Downey Jr. o Chris Evans.
El resto del elenco cuenta con nombres de lujo como los ya nombrados Swinton, y Mikkelsen, y tiene además en sus filas a la siempre simpática Rachel McAdams, Chiwetel Ejiofor, Benedict Wong y Benjamin Bratt, entre otros.
Por supuesto que también se puede encontrar en Doctor Strange el típico humor marveliano (todos los personajes siempre tienen algún remate gracioso que decir en los momentos de tensión y siempre caen simpáticos) y cuenta no sólo con el obligatorio cameo de Stan Lee (el creador de todo este negocio) sino también dos escenas extras entre los títulos y que obligan a quedarse hasta el final para ver cómo conecta todo esto con la próxima película de Los Vengadores.