Crímenes y virtudes

Crítica de Luciano Sivori - Alta Peli

Vidas cruzadas.

La historia comienza cuando Waltor Zarrow (Sam Waterston) es apuñalado en una fresca noche de Nueva York. A partir de allí, la vida de más de una decena de personas (en serio, hay unos quince personajes) se van entrecruzando, revelando diferentes conflictos y problemáticas con un único leit-motiv: ¿de qué forma apaciguamos el dolor de estar vivos? En otras palabras: ¿qué utilizamos para anestesiarnos?

Acá vale la siguiente aclaración. El título original es Anesthesia, que tiene bastante más sentido que la traducción elegida para Latinoamérica. Las comparaciones con la ganadora del Oscar del año 2004 (Crash: vidas cruzadas) y otras películas dramáticas de historias interrelacionadas (por ejemplo, The Air I Breath y Magnolia) es inevitable.

Sobrecarga de protagonistas:
Un gran problema de esta producción es la cantidad desmedida de personajes. Kristen Stewart volvió a su cara de nada y no aporta demasiado. Por otro lado, actores respetables como Corey Stoll (Peter Russo en House of Cards) o Glenn Close están sólo para sumar puntos al elenco (y fueron muy desaprovechados).

Como hay tantos personajes, sus conflictos son apenas desarrollados y prácticamente nunca llegan a ser verdaderamente interesantes. Me gustó la relación extraña entre los dos hermanos, y la trama de los dos mejores amigos afroamericanos, pero el resto de las historias son bastante poco memorables.

Crímenes y virtudes: Anestesiarse para no sentir.

Otro detalle de Crímenes y virtudes que resulta irritante es que la película está constantemente buscando dar “lecciones profundas sobre la vida” de formas demasiados obvias y directas. Hay personajes que, literalmente, dan soliloquios de más de cinco minutos sobre la agonía, el sin-sentido de nuestra existencia y la necesidad de hacer cosas para dejar de sentir.

En un momento –quizás el más ridículo de la historia– un negro drogradicto (y evidentemente poco culto) se pone a debatir filosofía avanzada con el profesor Waltor Zarrow. Me pareció el colmo. Entiendo que algunos de los personajes puedan tener pensamientos profundos, pero acá parece que son todos grandes pensadores modernos.

No está mal escrita, y hay escenas conmovedoras y bien logradas, pero la película se esfuerza demasiado por mostrar un punto, y comete el error de decir todo y mostrar poco. Dice muchas palabras sobre cuestiones innegablemente sustanciales, pero falla en presentarlas de un modo realista, tangible y visualmente rico.

Conclusión:
Creo que Crímenes y virtudes es una película decente, con buenas actuaciones y un trabajo técnico correcto, pero no le agrega demasiado valor a este tipo de historias. No ayuda la sobrecarga de argumentos y un guión que escupe lecciones de moral de forma alevosa. Lamentablemente, otro film olvidable.