Contratiempo

Crítica de Rolando Gallego - Lúdico y memorioso

Un hombre acusado de un crimen, que en apariencia, o para el afuera, no cometió, recibe los servicios de la mejora abogada, especializada en armar coartadas sólidas en casos en los que inevitablemente la culpabilidad brota por los poros de los culpables.

El realizador especializado en thrillers, Oriol Paulo (“Los ojos de Julia”, “El Cuerpo”) propone un puzle en el que nada ni nadie es lo que realmente dice ser en “Contratiempo”, pero en su ambición descuida algunos puntos, principalmente actorales.

Mario Casas no logra ponerse en la piel de Adrián Doria, un multimillonario que quedará atrapado en sus propias mentiras. Así y todo, y frente a tanques Hollywoodenses, Paulo logra sostener su relato hasta el último momento.