Contratiempo

Crítica de Jessica Johanna - El Espectador Avezado

“La verosimilitud está en los detalles”, recalca continuamente el personaje de la abogada Virginia Goodman, interpretada por la actriz Ana Wagener. En Contratiempo, Goodman tiene el difícil encargo de “salvar” a un joven y exitoso empresario acusado de asesinar a su mujer.
Para eso, se reúne con él y va considerando estrategias a medida que escucha su versión de lo sucedido. Porque él insiste en que le pusieron una trampa, en que despertó en un cuarto de hotel tras haber sido atacado y con el cuerpo ya sin vida de ella a su lado. Mario Casas es el protagonista de este thriller que deja en evidencia a la larga que no se puede confiar en nadie.
Es que un poco como sucede en la serie televisiva “The affair”, cada testimonio está marcado por un punto de vista, por un modo de vivir (y hacer creer que se vivió) cierta escena. Así, Contratiempo apuesta mucho a la repetición pero a través de algunas diferencias, a medida que su protagonista va revelándose.
“La verosimilitud está en los detalles”, recordamos. Sin embargo, en este film dirigido por Oriol Paulo (“Los ojos de Julia”) algo falla con respecto a lo verosímil. Más allá de su inicio y primera mitad del film como algo prometedor, a lo último nos encontramos con un conjunto de situaciones ridículas y absurdas que en lugar de generar sorpresa, generan risas.
“Contratiempo” tiene una buena premisa e intenta abarcar temáticas de mucha carga socio económicas, pero se termina enredando en un laberinto de inconsistencias.
Los personajes de muchos matices y las decisiones que toman podrían haber sido mucho mejor explotados. Toda la película se sucede en una sola noche, con la inclusión constante de flashbacks, que parten del testimonio de su protagonista, algo bastante complejo, confuso y engañoso. Porque dentro de lo que él relata a veces también entra su propia versión de lo que su amante le relató sobre los momentos que no estaban juntos.
A nivel técnico, Oriol Paulo sabe filmar y se desenvuelve muy bien en escenas tanto de suspenso como de acción (toda la trama es generada por un accidente automovilístico), pero se pierde entre vueltas de tuercas inverosímiles.
En cuanto a lo actoral, Casas logra resultar ambiguo, la amante que interpreta Bárbara Lennie no termina de funcionar como femme fatale, y Ana Wagener salta de buenos momentos a algunos más penosos, producto de todos modos del flojo guión. José Coronado en su papel de víctima y perseguidor, es quizás quien más logre destacarse.
“Contratiempo” sirve para pasar el rato pero más allá de que así lo pretenda es muy difícil tomársela en serio.