Conjuros del más allá

Crítica de Rosana López - Fancinema

HOMENAJES DESCAFEINADOS

En Conjuros del más allá estamos frente a un mal homenaje al cine de ciencia ficción y fantástico de los 80’ estilo La cosa, Hellraiser, un poco de David Cronenberg y algo más carpenteriano como La niebla. La premisa parecía interesante y guardaba buen misterio al principio donde un policía se ve involucrado en un tiroteo con dos personajes extraños. Este escapa y llega a un hospital a punto de cerrar para descubrir luego que será parte de un grupo de supervivientes. Grupo que se encuentra acorralado por la misma secta de locos uniformados al estilo de “riesgos tóxicos” con un orificio visual “simbólicamente triangular”.

Este cuadro parece ser mínimo si se suma la monstruosidad creciente que se esconde en aquellos pasillos asfixiantes del hospital. Y aunque con buena dosis de gore para los amantes del terror y utilización de efectos especiales de la “vieja escuela” con el empleo de látex, la trama se desinfla. Pierde todo tipo de frescura en las actuaciones y cae en los clichés de los personajes típicos: policía “salvador”, enfermera humanitaria de turno y un matón conflictivo. La mayoría de ellos sin carisma actoral. Así es que la narración se vuelve algo confusa y tediosa. Con esta misma temática de encierro y personajes característicos dentro de una producción independiente sale más airosa la trilogía Feast (2005-2009) de John Gulager.

A Conjuros del más allá se le elogia la pasión del homenaje hacia cintas de horror cósmico que nos deleitaron décadas atrás, pero sin embargo tiene grandes problemas de guión. Y esto se debe a que cita demasiados subgéneros como dimensiones ocultas, monstruos, sectas, científicos locos y hospitales malditos como si fuera un coctel escupido sobre el espectador. Y lo hace de forma bruta y tosca. No se toma el tiempo para hilvanar y darle un mínimo grado de lógica. Ojo, no se pretende solemnidad sino un pedacito de coherencia que sirva para ubicar al cinéfilo que busca deleitarse con la película.

Hasta se adjudica la autoridad como para desaprovechar ciertos actores del mundillo del terror o lo excéntrico que aparecen y pasan sin pena ni gloria. Y con ello, me remito al ejemplo de Art Hindle que ha trabajado en Cromosoma 3 de Cronenberg y La invasión de ultracuerpos, o Kenneth Welsh que aquí hace de doctor -dura menos que un suspiro- y es reconocido en Leyendas de pasión o la serie Twin Peaks. Por eso en Conjuros del más allá, las historias individuales quedan inconclusas y por momentos las situaciones quedan forzadas, narrativamente hablando.

Si bien Jeremy Gillespie junto a Steven Kostanski -el cdirector- ya cuentan con algo de experiencia en el género de terror y tienen una participación estelar con su corto producido dentro del oscuro y excelente compendio de directores independientes El ABC de la muerte, este producto de menos presupuesto no les hace justicia.

En conclusión, Conjuros del más allá ha tenido una importante promoción publicitaria en festivales europeos del palo, pero sólo ha dejado un reguero de detractores y fanáticos del film. Y es una gran decepción para quienes esperan algo interesante desde las tierras del excéntrico y talentoso David Cronenberg.