Conjuros del más allá

Crítica de Héctor Hochman - El rincón del cinéfilo

Otro filme más de terror y van...En realidad no es uno más, es peor. Nada de lo que se establece está construido a partir de la aplicación anticipadora del verosímil necesario para este tipo de producciones.
La mayor parte de la narración transcurre en un nosocomio donde termina refugiándose un grupo de humanos por la amenaza que viene de afuera, ese afuera que en el cierre da una idea política acabada con los tiempos que corren, y esta es una posibilidad de lectura, pero sólo por su cierre.
En medio miles de sucesos incoherentes, toda una sucesión de hechos inexplicables, cambios de registro inexplicables, y transformación de algunos personajes que raya lo ridículo.
Por supuesto que no faltan los exabruptos sonoros, que pueden servir tanto para producir sobresaltos en los espectadores, o al menos despertarlos.
Tampoco están ausentes las imágenes oscuras, y no hablo de la dirección de fotografía sino de una elección estética donde hay que adivinar que sucede, para que la apertura o la intromisión de la luz de manera imprevista produzca el mismo que el sonido.
Digamos que la síntesis publicitaria reza lo siguiente: En un camino apartado, un policía solitario encuentra a un hombre herido y lo lleva al hospital más cercano. Cuando una extraña amenaza le impide salir del hospital, el policía y un grupo de locales se atrincheran dentro, creyendo estar seguros, sin saber que allí se ocultan fuerzas oscuras a punto de desatarse.
La película en realidad comienza con una matanza por parte de dos sujetos, uno que no tiene miramientos en tanto el ejercicio de la violencia, y el otro a pesar de sus reparos hace caso a la demanda del otro.
Estos personajes reaparecen, y es una de las pocas lógicas que ocurren en el texto. Todo lo demás, traído de los pelos, desde la elaboración de los duelos, hasta la fantasía de la generación de un monstruo durante el embarazo, la elaboración de la culpa y lo que quieras, todo mezclado sin explicación alguna, solo por generación espontánea o para que llegue a una duración razonable para estrenarse comercialmente.
El titulo en ingles es “The Void”, cuya traducción literal seria “El Vacio” muy acorde a la ausencia total de algo parecido a un guión o a una idea original.
El resto de los rubros técnicos, montaje, escenografía y vestuario esta dentro de los parámetros normales, y las actuaciones da lo mismo, ningún actor, ni siquiera un seleccionado de actores de primera línea, Paul Muni, Sir Lawrence Olivier, Meryl Streep, o quien sea, podrían hacer creíble a los personajes, pues la falla reside en ese guión, el literario, y específicamente los diálogos, superfluos, banales y confusos.