Cómo ganar enemigos

Crítica de Luciana Boglioli - La Capital

El director argentino Gabriel Lichtmann vuelve a la pantalla grande tras diez años de su primera película, “Judíos en el espacio”, con un policial dinámico y consistente. Lucas (Martín Slipak) es un joven abogado que tiene una debilidad por las novelas policiales, sobre todo los clásicos de Agatha Christie o Patricia Highsmith.

Su cotidianeidad transcurre en el estudio familiar donde despliega su gran talento y conocimiento al servicio de la ley. Pero su status quo se rompe en mil pedazos cuando conoce a una chica (Carla Quevedo), que parece ser el amor de su vida. Pero no todo es lo que parece: la chica resulta ser una ladrona que le roba todos sus ahorros para comprar su primer departamento.

Ante la desesperación, Lucas decide encarar la situación fríamente y llega a una conclusión: hay un actor intelectual que planeó el delito y que conocía sus movimientos. De este modo, el joven decide encarar una investigación con la premisa de que cualquiera puede ser culpable, hasta sus mejores amigos. Se trata de una película para los amantes del drama y el policial, donde el crimen, las traiciones y los desengaños son los ejes conceptuales. Con un guión ingenioso, los personajes generan empatía con el espectador y lo mantienen en vilo hasta el final.

El protagonista logra desplegar un amplio rango de colores en su interpretación que fusionan picardía y humor hasta euforia y pragmatismo.

“Cómo ganar enemigos” tiene claros rasgos de novela negra con una trama consistente y buenas actuaciones. Sin dudas, una muy buena opción para disfrutar del cine nacional.