Colette: Liberación y deseo

Crítica de Luciano Mezher - Visión del cine

Keira Knightley es Sidonie-Gabrielle Colette en el nuevo film Colette: liberación y deseo de Wash Westmoreland, basado en la vida de la escritora y artista de variedades que vivió a principios del siglo XX y dio vida a una saga de novelas alrededor del personaje de Claudine.
Colette es una chica de campo que se casa con Willy, un egocéntrico hombre de letras mucho mayor que ella. Ambos se mudan a París donde la joven conoce el mundo del arte y la cómoda vida que lleva la clase alta. Aunque a la par descubre la excentricidad de los artistas. A medida que pasan los años, e incentivada por su marido en busca de algún rédito económico, comienza a escribir las historias de Claudine, basada en parte en algunos eventos que ella había vivido cuando era chica. Pero las mismas son publicadas con el nombre de Willy.

Las infidelidades de su marido junto a sus nuevos gustos por otras mujeres irán distanciando cada vez más el matrimonio.

Colette: liberación y deseo es un verídico y detallado trabajo por recrear la vida de la famosa escritora pero a la par hace una construcción de la puesta en escena y las costumbres que rodeaban a la Europa de principios del siglo XX.

Keira Knightley hace una interpretación muy correcta de Colette, a veces un poco forzada especialmente en los momentos en que se siente más un monólogo que una conversación, pero se nota que se siente cómoda interpretando este tipo de personajes de época. Por otro lado, Willy (Dominic West) tampoco es un ejemplo de villano en la película, tan solo era más hombre de negocios que un marido, en una relación donde lo único que los mantenía juntos era la saga de novelas sobre Claudine.