Colette: Liberación y deseo

Crítica de Carolina Taffoni - La Capital

Hay historias que resultan muy grandes para sus respectivas biopics, y este es el caso de "Colette: Liberación y deseo". La película protagonizada por Keira Knightley recrea la fascinante vida (o al menos la juventud) de Sidonie-Gabrielle Colette, la célebre escritora francesa que rompió moldes y se rebeló contra la cultura machista a principios del siglo XX. La historia arranca cuando Colette se casa con un pseudo escritor 14 años mayor que ella que la introduce en el mundo artístico de París. De a poco la chica descubre su vocación por la escritura, pero su marido explota su talento y la utiliza como una escritora fantasma: ella escribe y él firma, y las novelas se transforman en un éxito editorial sin precedentes. El director Wash Westmoreland ("Siempre Alice") se enfoca después en el proceso de emancipación de la escritora, que descubre su deseo sexual por las mujeres y empieza a reaccionar contra la cruel manipulación de su marido. Hay pocas películas que puedan dialogar con el presente como "Colette", que expone temas candentes como la reivindicación de derechos de igualdad entre el hombre y la mujer y la revalorización del feminismo. Sin embargo, el filme por momentos pierde esa fuerza natural que irradia su heroína, y hacia el final los personajes se desdibujan porque les falta intensidad y carnadura. Keira Knightley se luce con un personaje que tiene muchos matices, aunque también parece limitada por el planteo algo esquemático del director.