Cocote

Crítica de Ayelén Turzi - Cinergia

Por eso rezo

Tras pasar por muchos festivales alrededor del mundo, incluido el Festival Internacional de Mar del Plata, el Festival de Locarno (de hecho fue la primer película dominicana presentada en la historia del festival) y el Festival Internacional de Cine de Toronto, Cocote llega a la Argentina y se proyectará desde el 31 de marzo en la sala Lugones. Una propuesta complicada.

Alberto (Vicente Santos) es un jardinero de temple pacífico, que trabaja como jardinero en una mansión con una pileta enorme que refleja de alguna manera su carácter. Tiene que partir de Santo Domingo hacia su pueblo para presenciar los funerales de su padre, asesinado a manos de un policía por una deuda pendiente.

Alberto es cristiano evangélico y su familia sigue practicando la religión de sus ancestros, que tiene muy marcada la figura de Jesucristo pero a la vez incorpora otros santos y figuras paganas. Los funerales son ruidosos, llenos de instrumentos de percusión y cánticos a los gritos, con los que Alberto debe convivir porque comparte con su familia el deseo que el alma de su padre encuentre la paz.

Para reflejar este choque de religiones, su director, Nelson Carlo de los Santos Arias, utiliza una amplia gama de recursos estéticos muy diferentes entre sí: largos planos fijos y milimétricos planos secuencia, blanco y negro, color y sombras o la combinación entre fílmico y digital. Su director de fotografía, Roman Kasseroller, pone el foco más en las proyecciones de luz que en la prolijidad de los encuadres, alejándose del estándar que estamos habituados a ver.

Otros dos elementos a menudo excluyentes que el director combina son ficción y documental. Para los ritos, y gracias al vínculo que había desarrollado con la gente del pueblo, instaló micrófonos en la casas para registrar, durante tres horas a lo largo de cinco días, los rezos y los misterios. Pero a la vez, estos rezos son una recreación, porque no se rezaba a un muerto real.

Decía inicialmente que es una propuesta complicada. La problemática, la cultura, la religión, nos son completamente ajenos como argentinos. Y si además la propuesta no es clásica, cuesta mucho más involucrarse. En lo personal, se me hizo eterna y confusa, y los cánticos a los gritos se volvieron intolerables. Reconozco la propuesta y las intenciones, pero no es una película que vaya a gustarle a todo el mundo. Es más, posiblemente se le haga muy cuesta arriba al espectador habitué de cine clásico.

Cocote. Para los dominicanos significa cuello o esperanza de que algo suceda. La esperanza de Alberto es vengar a su padre. La de de los Santos Arias es que el cine latinoamericano desarrolle su propio lenguaje.