Chango, la luz descubre

Crítica de María Paula Iranzo - Cine Argentino Hoy

En una película, como en una obra de teatro, lo que no se ve es igual de importante que lo que sí se ve. Las luces y las sombras en un plano -o en un escenario-, los colores, el tono; y no sólo eso, hay mucha gente involucrada en los proyectos artísticos que están fuera de plano y hacen tan bien su trabajo que no hablar de ellos sería un pecado mortal. Félix Monti es una de esas personas. Chango, la luz descubre, dirigida por Alejandra Martín y Paola Rizzi, forma parte de la sección Retratos: Documentales de artistas de la 36ta Edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata.
Durante la casi hora y media de cinta, el espectador conocerá la vida y carrera de Félix “Chango” Monti, uno de los directores de fotografía más importantes del cine nacional. Trabajó en una enorme cantidad de proyectos teatrales, publicitarios y cinematográficos, que incluye Yo, la peor de todas (María Luisa Bemberg, 1990), Sur (Fernando “Pino” Solanas, 1988) y las ganadoras del Oscar La Historia Oficial (Luis Puenzo, 1985) y El Secreto de Sus Ojos (Juan José Campanella, 2009), entre varias joyas más.
Es a través de verlo trabajar in situ en teatro (La Farsa de los Ausentes, Teatro San Martín, 2017) y en cine (Mamá se fue de viaje, 2017) donde se observa al maestro, autodidacta -porque en su momento se aprendía a prueba y error-, realizar su magia. Todo ese acervo adquirido a través de la experiencia sale, valga la redundancia, a la luz y logra una narrativa más allá de lo que el ojo de un ser humano común y corriente puede apreciar.
El documental incluye también testimonios de reconocidos directores tales como Luis Puenzo, Lita Stantic, Juan José Campanella y Pino Solanas, todos alabando el trabajo del “Chango” y abriendo una puerta adicional hacia su metodología y las razones detrás de sus elecciones.
Si se habla de un director de fotografía, el film tiene que estar a la par y sí que lo está porque con su montaje cuasi poético, entre el archivo y lo testimonial, es imposible no admirar lo hecho por las manos del maestro.
Por último, es el propio “Chango” Monti que da su testimonio sobre las grandes diferencias entre trabajar en cine y teatro, y su afición y búsqueda de comunión entre ambas expresiones tan queridas por él. Y, la verdad, escucharlo hablar sobre sus proyectos es como escuchar a Borges hablar de literatura. Una obra maestra.