Chaco (2018)

Crítica de Martín Goniondzki - Cuatro Bastardos

Chaco: Extranjero en tu propia tierra.
El sentido documental de Juan Fernández Gebauer, Ignacio Ragone y Ulises de la Orden, sirve como plataforma de denuncia ante la usurpación de las tierras que se viene dando desde hace tiempo a los aborígenes y representantes de los pueblos originarios.
“Hubo un tiempo en que vivíamos en armonía con la naturaleza y no era raro ver muchas especies autóctonas pastando libremente. Hasta que se escuchó la alerta del águila negra, que rezaba ‘peligro, peligro’. Y con ella llegó el hombre blanco”. El documental, narrado en lengua qom, revisa los relatos de miembros de las comunidades qom, wichi y mocoví, que cuentan cómo se puede llegar a ser extranjero en la tierra en que uno nació. Filmada en Formosa, Chaco, Salta, Santiago del Estero, Buenos Aires, Bolivia y Paraguay, cinco hombres de distintas comunidades originarias del Gran Chaco encarnan la historia de lucha de su pueblo, desde los primeros hombres blancos hasta hoy.
Los pueblos qom continúan reclamando sus tierras o algún tipo de reconocimiento por parte del gobierno como miembros activos de la población argentina, los cuales tuvieron que afrontar todo tipo de adversidades, entre ellas torturas, expropiaciones y asesinatos. El documental que aquí nos reúne nos va contando las distintas historias de varios miembros de los diversos grupos afectados. A través de una clara modalidad expositiva se van sucediendo los diferentes testimonios (la gran mayoría hablados en qom) que buscan mostrar el punto de vista indígena sobre el conflicto antes mencionado. Todo esto se ve ornamentado con unas bellas animaciones que representan los viejos sucesos y altercados que sufrieron los miembros de esta comunidad.
El largometraje no solo indaga en la mirada de los denunciantes sino también en cómo los hombres blancos ven a este sector de la sociedad, el cual no termina de encontrar un lugar en la misma. Básicamente, la lucha no solo es por conseguir tierras y derechos que necesitan para formar parte activa de la comunidad argentina sino que también necesitan dichos recursos para subsistir. Desde que los criollos les comenzaron a marcar los territorios con alambradas, no solo fueron perdiendo la mayor parte de sus tierras sino que también fueron privados de recursos naturales que les permitían conseguir agua, comida y ciertos elementos para la elaboración de medicinas.
Todo este tipo de sectorización no solo los obligó a relocalizarse sino también a abandonar ciertos ritos y costumbres. La lucha de los aborígenes es para seguir manteniendo sus tradiciones y para que sus hijos no se avergüencen de pertenecer a los pueblos originarios.
El documental cumple su cometido de interiorizar al espectador con el legítimo reclamo de estos individuos al mismo tiempo que denuncian ciertos actos de violencia impartidos por las fuerzas de seguridad. Quizás la cinta peque de minimalista y austera a la hora de no implementar lo suficiente el material de archivo como para ilustrar lo que se nos narra. Si bien hay ciertas representaciones visuales de los que se nos relata en primera persona por los testimonios, es probable que necesite una mayor acentuación o presencia de estos pasajes para dejar bien en claro lo que se nos planteó. No obstante, el mensaje es claro, al igual que su búsqueda estética y narrativa que focaliza principalmente en los damnificados más que en los gobiernos y el sector acusado.
Chaco es un documental sincero, duro y necesario que se propone ahondar en un reclamo auténtico que busca la dignidad de los aborígenes. Sus realizadores logran conmover al espectador mediante los testimonios y sus recreaciones animadas que proponen una narración más lírica. Cine reflexivo que intenta darle un lugar a estas voces olvidadas por el mundo occidental.