Cenizas del pasado

Crítica de Alejandro Castañeda - El Día

VENGANZ A Y SANGRE

Cine independiente, áspero, sin grandes nombres, con personajes taimados y un tema muy trillado: Dwight vive en su descascarado auto. Es un marginal. Se mete en casas ajenas para bañarse y la policía le tiene compasión. No es peligroso. Pero un día le informan que el asesino que mató a sus padres (y a él le cambió la vida) acaba de ser liberado por un juez (los jueces benévolos están de moda). Entonces la vida sin sentido de Dwight tendrá por fin un objetivo: matar ese asesino y vengarse. Pero, como se sabe, a la violencia es más fácil desencadenarla que detenerla. Aparecen otros vengadores en escena y la trama se espesa y se llena de sangre. El film va más allá de los enfrentamientos. Dwight es un antihéroe sin destreza. No es como los otros justicieros de cine. La venganza no está al alcance de cualquiera. Desde este personaje el film cuestiona la ligereza de una justicia que sin querer termina estimulando la violencia. Habla de la soledad que genera el dolor y va hacia atrás para contarnos que el drama viene de lejos y que incluso se potencia por una triste historia de amor que desnuda el odio entre dos familias. Relato seco, implacable, con algunos buenos momentos, pero ni su contenido ni su mirada aportan algo nuevo.