Causas y consecuencias

Crítica de Juan Pablo Schapira - Tranvías y Deseos

Solemnes intenciones

Hay ideas nuevas e ideas viejas. Las viejas serían en principio ideas gastadas, que ya en este tiempo no estarían funcionando porque el mundo avanza. Ni siquiera hablo de ideas de grandes proporciones; quizá para empezar me refiera a nociones sobre distintas cuestiones de la vida que yacen en la escala de lo humano. La percepción del mundo que tiene un director se ve en mayor o menor medida reflejada en su obra, y aquí también entra lo ideológico y lo político. En películas como “Causas y consecuencias” todo esto se ve implicado y el film que vemos es su resultado.

Robert Redford es un referente, una figura del cine y más particularmente de su fracción más independiente, que promovió siempre desde el festival Sundance. En una época su visión del mundo también le valió un premio de la Academia. Yo recuerdo con cariño “Gente como uno”, quizá por su condición menos política y aleccionadora. “Quiz Show”, con su desglose del mundo del espectáculo, directamente me encanta. Lo cierto es que más de 30 años corrieron y Redford aparece de repente como un individuo de ideas viejas, que no necesariamente reaccionarias. Podríamos decir que son cosas de la edad –el tipo tiene casi 80 pirulos-, que es lógico que titule a un film así. “Causas y consecuencias” es una horrible traducción, pero “The company you keep” (“La compañía que guardas”) es igual de moralizante…tiene eso de “ojo con quien te juntás nene” en este film sobre un periodista que se desvive por una historia/reportaje acerca de un terrorista que se creía muerto pero había adquirido otra identidad. El periodista (Shia LaBeouf; joven y ambicioso, claro) devela esta información y el terrorista (Redford) escapa para limpiar su nombre y poder hacer una vida con su hija.

Hasta ahí de argumento. Vamos con algunos detalles que tienen que ver con lo que decía de las ideas. Ejemplificaré para asegurarme de lo que afirmo. Con un personaje como el periodista de LaBeouf retrasás al pibe en su intento de construcción de solidez interpretativa. Si bien el joven actor tiene un problema en rechazar lo que parece serio o importante, aquí el problema es más de guión y de dirección. Esos lentes (hablando de lentes, Stanley Tucci también los tiene puestos en el film y nunca estuvo tan olvidable) no aportan profesionalismo y la actitud arrogante no vende compromiso con el trabajo. ¿Redford se olvida a propósito? Lo que él y Dustin Hoffman tenían era hambre y dedicación, y así nomás salían a la calle. Lo periodístico, uno de los ejes de este film, está descuidado, poco profundizado. El personaje que hace LaBeouf lo hizo mucho mejor Justin Timberlake, con su vocecita aguda y todo. Y si ir hacia el pasado es demasiado conveniente, puedo evitar la mención a “Zodíaco” refiriéndome a “Nothingbutthetruth” y a “State of play”. La película de RodLurie es una clase de integridad pura con una Kate Beckinsale inquebrantable; la de MacDonald muestra la destreza, la experiencia, el rol clave de la edición y la batalla/convivencia –todavía vigente- de la prensa gráfica con lo digital. Ambas películas, actuales por demás, también se tocan con la política y los organismos de estado. Vemos gente del servicio secreto entrenada para convencer a quienes no tuercen el brazo, políticos encontrándose en cuartos de hotel para proteger su futuro.

“Causas y consecuencias” no juega estas cartas pero tiene las solemnes intenciones. Al periodismo desdibujado, se le agrega un elemento político fantasma que está como borrado. El FBI, por otro lado, se muestra blando, incapaz, torpe. Parecen policías en patrulleros que se quedaron durmiendo comiendo donas. Así se le da un excesivo espacio a una historia de amor que además de ser obvia retrasa demasiado el encuentro entre las dos partes y en el medio las escenas transcurren en conversaciones ‘definitorias’ en distintos escenarios. Es un elenco de lujo que se para como si cada momento fuera un instante clave, y nunca pasa nada y tampoco están actuando mucho. El mencionado Tucci, Brendan Gleeson, Richard Jenkins, Chris Cooper, Susan Sarandon, Nick Nolte, Sam Elliott y Anna Kendrick. “Secretos de Estado” de George Clooney tenía un elenco igual de impactante, y también un componente político. El tema es que allí los personajes eran más pícaros, lo que diríamos más vivos. Eran despiadados también.

Quizá las ideas en “Causas y consecuencias” tengan que ver con eso de la edad, con una historia de amor que se cuela y empaña todo de lecciones sencillas y sin carácter. ¿Un Redford blando? Que el tipo es sensible se sabe, pero de ahí a volverse blando hay un trazo.