Casi un gigolo

Crítica de Matías Lértora - Cines Argentinos

Algo que seguro sucederá con Casi un gigoló es que el publicó creerá que se trata de una película de Woody Allen, y esto no es algo que extrañe, no solo porque el aclamado guionista y director es el protagonista y ocupa lugar central en el poster junto a su nombre, sino también por el estilo y estructura del film.
Da la sensación de que el talentosísimo John Turturro, quien dirige, escribe y también protagoniza, le rinde homenaje en vida diálogo tras diálogo y fotograma tras fotograma.
El genial personaje de Allen es el que mejor le sale y el que ha convertido en una marca registrada a través del tiempo: el judío quejoso, neurótico y demasiado analista. Por lo tanto no está permitido decir “Woody Allen siempre actúa de lo mismo” a modo de queja porque es algo para celebrar.
En cuento a Turturro, hay que analizarlo primero como actor y luego como director/guionista. En lo primero nos encontramos con una magnífica interpretación de un hombre que casi sin estar muy de acuerdo se prostituye, lo que trae momentos muy graciosos y otros dramáticos, sobre todo cuando comparte escenas con una irreconocible Vanessa Paradis con quien vive una prohibida historia de amor.
Como director cuesta encontrar una mirada propia y separarla de la de Allen, porque si bien se ha probado en el pasado en films tales como Romance & cigarettes (2005) aquí copia (u homenajea) paso a paso a su compañero de cartel.
Otro gran acierto es el cast femenino. Hacía mucho tiempo que no se podía ver a una Sharon Stone que valga la pena tal como ocurre aquí tanto es sensualidad como en diálogos.
Y además de la ya citada Paradis, la etnia femenina se completa de manera soberbia con la latina Sofía Vergara, quien no solo exhibe sus obvios atributos sino que también tiene un gran talento para el humor.
La historia es una joya de principio a fin y los diálogos y monólogos se superan escena a escena, desde las más solemnes hasta las más disparatadas.
Casi un gigoló es una comedia inteligente y rápida hecha a medida para un público exigente que saldrá de la sala de cine más que satisfecho.