Cars 3

Crítica de Alan Schenone - Proyector Fantasma

Madurando para mejorar
Cars 3 se presentaba como una versión más oscura y difícil de sobrellevar con el accidente del protagonista, el Rayo McQueen volando por el aire en la pista del circuito en su primer trailer. Casi una década después de Cars (2006), Cars 3 vuelve a las raíces relacionadas a las carreras, la competición y el afán por mejorar desde la enseñanza o el legado.

Después de Cars 2 (2011), una magra secuela que se corrió del eje del deporte automovilístico para hacer hincapié en conspiraciones, agentes secretos y espías, Cars 3 vuelve al lugar donde nunca debió haberse ido: una historia sobre las pistas y el anhelo de competir y ser el mejor. En este contexto, McQueen deberá enfrentar al paso del tiempo y las nuevas generaciones de corredores ultrarrápidos para estar a la altura de los acontecimientos. Sin la tutela de su viejo mentor, el Fabuloso Hudson Hornet, McQueen estará acompañada por la joven instructora Cruz Ramírez y su nueva metodología de trabajo, muy diferente a lo que estaba acostumbrado.

Cars 3 sigue la analogía del legado a las nuevas generaciones. Como ya ocurrió con Toy Story, para Pixar el paso del tiempo es un tema importante e influye en la historias de sus protagonistas. McQueen dejó de ser un aprendiz y debe encontrar el camino correcto con reflexiones sobre su futuro tomando como ejemplo su pasado. Cars 3 veulve a su esencia deportiva, esa aventura de entrenamientos poco convencionales para dotar al protagonista de nuevas herramientas para estar a la par de sus contrincantes, más jóvenes, enérgicos y actualizados a las nuevas tecnologías. Sin embargo, el objetivo de Cars 3 trasciende el papel de McQueen y su objetivo de permanecer dentro de las pistas y no fuera de ellas.

Cars 3 vuelve a sus raíces como película como también a los orígenes y las primeras carreras de autos, tomando notas de equivocaciones del pasado donde se primó por darle notoriedad y relevancia a aspectos ajenos a la fuente de la película. Esta vez, los escenarios están fuera de la ciudad y bases secretas: el entrenamiento en la playa, la carretera o en diferentes tipos de carrera -como de demolición- dotan al film del aire que necesitaba respirar para poder volver a rugir como antes. Cars 3 es esa búsqueda interna de McQueen para enfrentar lo inevitable-como lo es el paso del tiempo y el retiro- y lo que viene después. Una reflexión intensa, dolorosa y contradictora ejemplificada de manera ejemplar en McQueen, quien ya no tiene a su mentor como faro de consulta y sabiduría para llegar a buen puerto.

En sus 109 minutos entretiene sin perder nunca la mella de la historia que se desarrolla: focalizado tanto en McQueen como en Cruz, el argumento se nutre de la relación entre ambos y su búsqueda por consolidar su objetivo y redescubrir su lugar. Cars 3 es la película más madura, reflexiva y conmovedora de la franquicia, con retos muchos más internos e intensos para enfrentar. Visualmente más pulida y realista que sus anteriores versiones, Cars 3 se desarrolla narrativamente a paso firme y cuenta con varias sorpresas, aunque el final sea predecible. Otro punto fuerte en esto fue dejar de lado la figura de Mate, quien aparece en contadas ocasiones para abastecer de humor a la película sin entorpecer a la trama (como así ocurrió en Cars 2).

Jackson Storm se presentó como el antagonista ideal para chocar con la personalidad y el crecimiento de McQueen a lo largo de la saga. Storm es un joven fanfarrón, egocéntrico, vanidoso y soberbio, con poco respecto por las grandes figuras como McQueen (¿Recuerdan cómo comenzó El Rayo en Cars?). A pesar que no se ahonda mucho sobre las motivaciones y preocupaciones del enemigo, Storm sirve como el enemigo a vencer, superior al héroe desde los aspectos técnicos y físicos.

En este nuevo auge en donde las figuras femeninas tomaron más poder en pantalla buscando igualdad con lo masculino (como fue el caso de Wonder Woman, Rey en Star Wars: Episodio VII), Pixar siguió esta nueva ola y presentó a Cruz como exponente de esta idea. A pesar de ser algo previsible para el argumento de Cars 3, Cruz es un ejemplo de la generación de mujeres discriminadas y marginas por su género para realizar tareas o ejercicios únicamente seccionados para hombres. Pixar tomó nota de esta nueva generación en alza creando en Cruz un personaje con muchas inseguridades sobre su verdadera vocación, producto de malas valoraciones y los prejuicios de la sociedad.

Allí está el corazón de Cars 3, en volver a su esencia en los circuitos y su deseo de ser el mejor pero basándose en el redescubrimiento de McQueen y el verdadero potencial de Cruz, tomando siempre a la nostalgia, sabiduría y el respeto hacía el paso como eje fundamental.