Carancho

Crítica de Marcelo Milman - Esa otra realidad

El sitio web oficial de "Carancho", al describir la trayectoria de su director, define a "Mundo Grúa" (1999, su primer largometraje) como "un punto de partida del nuevo cine Argentino". Aquel nuevo cine argentino, surgido en los noventa como contracara de la etapa neoliberal en el país, tuvo desde sus comienzos un marcado carácter independiente y un fuerte anclaje en el retrato de las problemáticas sociales.

Pasada una década y cuatro largometrajes de ficción ("El bonaerense", "Familia rodante", "Nacido y Criado" y "Leonera") Trapero sigue fiel a su estilo. Hoy cuenta con productora propia ("Matanza Cine"), quizá más recursos a la hora de concretar el guión, y una figura como Ricardo Darín en el papel protagónico. Pero la mirada, la creatividad en el encuadre, la agilidad, la forma de dirigir a los actores y la crudeza para mostrar el conurbano (la película está filmada en San Justo, donde nació el director) son elementos que reaparecen y dan forma a un filme fuerte, intenso y poblado de matices.

El guión escrito a cuatro manos (A. Fadel, M. Mauregui, S. Mitre y Trapero) introduce a los dos personajes principales y sus respectivos entornos. Sosa (Darín) es un abogado que por "mala suerte" perdió su matrícula y transcurre sus días, y sus noches, persiguiendo ambulancias, asistiendo a accidentes en la vía pública y recorriendo hospitales para conseguir la representación de las víctimas ante las empresas aseguradoras. "Trabaja para una fundación de ayuda a las víctimas que en realidad es la pantalla de un turbio estudio jurídico", dice la sinopsis oficial. Luján (Martina Gusmán) es una médica recién recibida que apenas soporta el denso día a día del trabajo en ambulancia y en la guardia de emergencias. Ambos están acostumbrados a lidiar con la vida, la muerte, la tragedia y la violencia; pero, al encontrarse surge algo distinto: se enamoran. En éste punto el guión humaniza a los personajes, y al mismo tiempo la historia de amor crece y se potencia, porque se aleja del retrato convencional y edulcorado.

Con respecto a las actuaciones, tanto Darín como Gusmán manejan una intensidad precisa y creíble, y conforman un pareja interesante. Martina Gusmán transita un registro más sutil, calmo, y usa la mirada y la expresión del rostro como recursos centrales.

La película tendrá su paso por el Festival de Cannes 2010, como parte de la selección oficial, en la sección "Una cierta mirada". El festival concluye el 23 de mayo y éste año el jurado está presidido por Tim Burton.