Capitán Fantástico

Crítica de Jessica Johanna - El Espectador Avezado

“Nuestros hijos serán filósofos y reyes”. Eso esperaban estos dos padres de seis hijos para su familia, y no encontraron mejor forma de hacerlo que irse a vivir al bosque, educarlos en su casa con libros de diferentes pensadores y alejados del capitalismo que domina la sociedad. No obstante, cuando la madre recae y termina suicidándose, ellos se ven obligados a volver a ese mundo exterior, un lugar que Ben, el padre, conoce pero de la que los hijos sólo han leído.
Pero la salida a este mundo no sólo es dura para los niños, que se encuentran con lo desconocido, sino para el propio Ben, quien es inmediatamente juzgado por su modo anormal de criar a los niños, incluso prohibido de ir al funeral de su mujer. Ben está convencido de que está haciendo lo mejor para esos chicos, observa el mundo exterior y sabe que allí las cosas no se hacen bien, no obstante sólo es tratado de loco.
De a poco, este choque de realidades va desatando diferentes conflictos que atentan contra esa familia armada con tanto ahínco. Los niños saben más que sus primos sobre la historia del país, pero no tienen idea de cómo relacionarse con la gente de afuera.
En “Capitán Fantástico” nunca hay malas intenciones de parte de sus personajes. Ni las de ese padre anti-sistema, ni la de los tíos que los reciben o los abuelos que se ofrecen para criarlos pero no aceptan que su hija sea cremada más allá de que quede registrado que ése era su último deseo. No obstante, ningún extremo es bueno y Ben es ante todo testarudo y excesivo en sus ideales.
Además de un Viggo Mortensen maravilloso en el papel de este hombre que más allá de lo duro y cerrado uno no puede evitar querer, el elenco que interpreta a los niños aporta cada uno su pequeño destello: George MacKay, como el hermano mayor, Samantha Isler, Annalise Basso, Nicholas Hamilton y los simpáticos Shree Crooks y Charlie Shotwell.
A la larga, una película que plantea diferentes posturas pero no apoya en su totalidad ninguna de ella. Porque nada es solamente blanco o negro. Lo interesante, lo mejor, pasa en el medio, en esas diferentes tonadas de grises. Ben entiende al final que hizo todo lo que pudo, y que ahora resta a ellos dejarlos ser. Divertida, atractiva visualmente y quizás un poco más edulcorada que lo que uno esperaría, “Capitán Fantástico” es una propuesta novedosa y agradable, algo surreal por momentos.