Camila saldrá esta noche

Crítica de Javier Mattio - La Voz del Interior

Agonía y rebelión

“Camila saldrá esta noche”, de Inés Barrionuevo, retrata el despertar feminista de una joven en clave generacional.

El discurrir de un personaje femenino en edad crítica se tiñe de conciencia colectiva en Camila saldrá esta noche, cuarta película de la directora cordobesa Inés Barrionuevo. La película sigue a la Camila adolescente del título, encarnada con magnética solidez por la debutante Nina Dziembrowski, quien se muda con su familia de mujeres a Buenos Aires con motivo de la enfermedad de su abuela.

El escenario doméstico en que la escoltan su madre (Adriana Ferrer) y su hermana menor (Carolina Rojas) hace de contrapunto de los espacios y las rutinas de colegio secundario, donde Camila vive experiencias iniciáticas ligadas a la política y el deseo.

El pañuelo verde es el ícono en que se superponen la atemporalidad y la actualidad del drama, en tanto el feminismo aparece como el ideal capaz de dotar a la vida de Camila de una identificación generacional y un sentido de lucha personal.

Esa síntesis tiene lugar al final, luego de un encadenamiento de episodios de baile, pileta y clases en que la protagonista oscila entre la relación con un chico (Diego Sánchez) y una chica (Maite Valero), padece un ataque masculino y se levanta en grupo contra la institución educativa.

De manera un tanto esquemática, la posición conservadora está sostenida por el director de la escuela religiosa (Guillermo Pfening), quien limita desde su escritorio oficial todo cuestionamiento al orden, y por la ausente y agonizante abuela de Camila.

Este último enfrentamiento es más interesante, ya que entabla un diálogo de género distanciado en el espacio y en el tiempo. “Una vieja gorila”, “las reglas de una vieja chota que se está por morir”, “nunca fue una mujer libre”, son expresiones fuertes que juzgan el pasado y el carácter de la mujer moribunda, a la vez que Camila se prueba ropas de la abuela y mira por la ventana a una anciana que podría ser su antepasada.

Aquí el filme instala una ambigüedad, ya que Camila bien podría estar reproduciendo un destino atávico o de clase sin saberlo, aunque se entrevé asimismo el margen de posibilidad de estar rompiendo con él.

Lo mejor de Camila saldrá esta noche es esa mirada en desplazamiento, tan contundente en la cámara naturalista de Barrionuevo y no siempre acompañada por el guion, en que Camila conjuga el llamado de época con la existencia a flor de piel, la acción sin cálculos y el estallido rebelde en un presente siempre abierto.