Caídos del mapa

Crítica de María Inés Di Cicco - La Nueva Provincia

Apto para los preadolescentes

Son amigos de toda la vida y cursan el último año de la primaria.
Federico es el aventurero y le gusta salirse de las reglas. Sus padres están divorciados y él sufre el tironeo de una relación conflictiva. Es el mejor amigo de Fabián y le gusta Graciela, aunque todavía no dice nada.
Fabián es el inteligente del grupo, excelente el manejo de tecnología y computación, y mientras que Graciela es la chica linda con quien todos quieren salir y la mejor amiga de Paula, miedosa, inocente, y eterna enamorada de Fabián, un sentimiento tan correspondido como oculto.
Siempre al acecho y lista para ponerlos en evidencia Miriam es la buchona Hija del presidente de la cooperadora, tiene un aire de superioridad que oculta motivaciones profundas.
Estos chicos y los adultos que los acompañan -la profesora a quien llaman La Foca, la directora, el portero, compañeros de aula y padres- son los protagonistas de una serie de diez libros escrita por María Inés Falconi, literatura juvenil, apta para los 10 a 12 años, un tiempo de cambios en el tránsito entre la niñez y la adolescencia, que se transita entre las ansias de aventuras y las pulsiones del primer gran amor.
Caídos del mapa es el primero, escrito en 1995 (el último es de 2012 y un onceavo se lanzaría en este año) se cuentan las vivencias de estos alumnos cuando intentan ratearse al sótano del colegio. El plan debe responden a una estrategia cuidadosamente estudiada o al menos eso sostiene Federico. Robar la llave al portero, esconderse en los baños durante el recreo, escapar hacia el sótano y salir apenas toque el timbre para mezclarse entre los compañeros es la idea.
Pero los sanitarios son clausurados para su arreglo; Miriam descubre las intenciones del cuarteto y los sigue para extorsionarlos y, Fede, Fabi, Pau y Gra quedan encerrados, debiendo buscar una salida alternativa antes de que sea demasiado tarde.
Entre el interior de ese mundo que subyace a lo cotidiano del colegio, con misterios y tesoros a descubrir y reconvertir a través de la mirada todavía ilusa del niño, y el universo escolar, sujeto a las reglas de los adultos -en su mayoría caricaturizados al servicio del filtro infantil-, se desarrolla un relato que brilla por sus intenciones y la frescura de gran parte de su elenco.
Basada en un libro con 18 años de historia, goza de aciertos de adaptación realizada por su misma autora, bien resueltos, a la vez que
deja bastante que desear en situaciones que suenan a extemporáneas.
La como la accidentada llegada de Fede al colegio y el registro instantáneo del episodio en la web a través de un celular; y dejar para otro capítulo, si lo hay, el asunto de la discriminación en tiempos en que el bulling, son ejemplos de una y otra faceta.
Por detalles como ése, el resultado es una película que los chicos van a disfrutar bajo la mirada atenta de padres que recuerden y comprendan las inquietudes de los chicos; que sean testigos flexibles del espíritu de aventura que propone el relato y enternecerse y puedan alentar el paisaje esperanzador que se abre ante los ojos de los preadolescentes, sin perder de vista que, lo que gusta y se pone de moda, se les puede tornar ley.
Caídos del mapa es, entonces, un espectáculo para ver en compañía real o tácita.