Caída del cielo

Crítica de María Fernanda Mugica - La Nación

En Caída del cielo se luce gracias a su pareja protagónica

Siguiendo las pautas de la comedia romántica, Caída del cielo ofrece un retrato simpático del comienzo de un romance entre dos personajes cuyas vidas no son muy felices. El amor, en este caso, viene a darle un sentido a la vida de Alejandro, un sonidista que está a punto de decidir suicidarse cuando una mujer cae en su patio. Se trata de su vecina, Julia, quien milagrosamente sobrevivió a la caída desde la terraza del edificio. Intentando ayudarla, Alejandro irá olvidando la idea de terminar con su vida y aparecerá la posibilidad de un romance entre ellos.

Al comienzo el guión presenta algunos problemas, ya que la extravagante situación inicial da lugar a algunas decisiones de los personajes que no tienen mucha lógica. El aspecto cómico del film funciona mejor en algunas escenas que en otras, pero hay un buen manejo de las reglas de la comedia romántica, tomadas casi al pie de la letra. Hay también amargura en lo que se muestra de las vidas de estos personajes y una insinuación de la profunda soledad en la que viven hasta su encuentro. Esto se traduce en una estética opaca que impera en toda la película.

Lo mejor de Caída del cielo son sus protagonistas, Muriel Santa Ana y Peto Menahem, que le aportan encanto a dos personajes que no lo tienen desde el vamos. La actriz parece tener el secreto para generar empatía en el espectador en toda ocasión y el actor demuestra sensibilidad para interpretar la soledad de Alejandro. Son ellos los que hacen que los personajes despierten ternura y nos hagan desear un final feliz.