Café Society

Crítica de Santiago Balestra - Alta Peli

Un Woody Allen pasable pero no exento de baches.

Otro año pasa y otro año que nos llega lo nuevo de Woody Allen. Con el Jazz, Nueva York, Hollywood y una historia de amor delante de todo, llegó a las salas Café Society. Con el agregado de que se trata del primer film del legendario director rodado íntegramente en digital.

Cuadrángulo Hollywoodense:
Corren los años 30 y Bobby Dorfman viaja de Nueva York a Hollywood porque desea formar parte del mundo del cine, y cree que su Tío Phil, un agente que representa a sendas estrellas de Hollywood, puede ayudarlo a conseguir esa meta, pero las cosas se complicarán cuando se enamore de Vonnie, la secretaria de Phil, pues Bobby no sabe que ella resulta ser también su amante.

El guion esta moderadamente bien estructurado, con algunas escenas de comedia bien logradas (en particular la del encuentro del protagonista con una prostituta debutante), y se vale de algunos tics de guion interesantes tales como la utilización de recursos visuales para accionar los giros de la trama, asi como de administrar sabiamente la información que saben los personajes y la que sólo sabe el espectador. Pero, como un todo, debe decirse que tiene un problema de desarrollo que llama la atención: a mitad de película, se abandona súbitamente el conflicto principal, no se lo toca durante 20 o 30 minutos, y la narración se lo saca de la galera en el tercer acto para cerrar una historia cuyo rumbo se perdió. Lo ocurrido en esos 20 o 30 minutos si bien contribuyen al crecimiento del personaje, contribuyen muy escasamente al conflicto esencial de la película como un todo.

En materia técnica, Allen sale más que airoso de su primer desafío digital, ya que la fotografía de Vittorio Storaro es magistral por su uso de los colores y los chiaroscuros que son una marca registrada de su estilo desde Apocalypse Now. Es más, su estilo es mucho más apreciable cuando se pone al servicio de un estilo de rodaje que no depende de tantas puestas de cámara como es el de Woody Allen. Aparte cabe aclarar que todo esto es complementado por una dirección de arte que refleja con un gran nivel de detalle (en textura, color y diseño) el Hollywood y el Nueva York de los años 30 y 40s

En lo que a las actuaciones refiere, Jesse Eisenberg es modesto, pero se esfuerza demasiado en parecerse a Allen. Kristen Stewart, aun en las manos de un director ganador del Oscar, sigue siendo Poker Face. Steve Carell y Corey Stoll los únicos destacables, y de paso cañazo pregunto ¿Alguien más se avivó que quien hace de la mujer de Carell es Sheryl Lee (Laura Palmer de Twin Peaks)?

Conclusión:
Aunque dueña de una riqueza visual incuestionable, Café Society termina siendo una película apenas pasable, gracias a un guion que abandona su conflicto a mitad de camino y un ensamble actoral donde no todos destacan. Sólo para los incondicionales que siguen año a año la filmografía de Woody Allen.