Cacería macabra

Crítica de Alan Echeverría - Cinéfilo Club

Entretenida y bestial

El cine slasher suele contar con la presencia de un demente encargado de una matanza tan desaforada como veloz, sin necesidad de hacer agonizar demasiado tiempo a sus víctimas. Ese es uno de los componentes de este subgénero de los films de terror, y en Cacería macabra se hace manifiesto durante todo su metraje.
Adam Wingard, desde su dirección, se muestra decidido y con el pulso firme a la hora de enseñarnos un festival visceral y salvaje en donde cada asesinato parece acarrear una buena cantidad de sangre y cortes profundos. Prácticamente insulsa en lo que respecta a su guión, el enfoque está puesto en la agilidad narrativa mediante la que se entretiene al espectador, combinando una banda sonora variada y vigorosa con una filmación más que aceptable cuyos recursos técnicos y transiciones por momentos superan la media.
La historia, cualunque y sin aportar nada novedoso, nos remite a un matrimonio con un pasar económico importante que, como festejo de su 35º aniversario, decide invitar a sus cuatro hijos con sus respectivas parejas a lo que funciona como casa de vacaciones (por cierto y como es de costumbre en este formato de cintas, alejada de todo aquello que tenga que ver con lo urbano). En el medio de debates y discusiones entre hermanos, un grupo de muchachos con máscaras de animales interrumpen la cena a base de todo tipo de ataques punzantes que comprenden desde ballestas y hachas hasta una buena “colección” de navajas, cuchillos y piezas afiladas.
En Cacería macabra los sobresaltos resultan efectivos inicialmente, pero con el correr de los minutos van perdiendo fuerza, mutando el relato más bien en un show de acción y suspenso con pequeñas bocanadas de humor negro.
A pesar de ciertos baches y de previsibilidad resolutoria sobre los tramos finales, la película logra cumplir con su objetivo, orientado a la búsqueda de la satisfacción del público en cuanto a esparcimiento y recreo vibrante y visual, dejando bien parado al género con apreciables guiños ochentosos.

LO MEJOR: el humor negro que se le imprime. La escena final. Entretiene.
LO PEOR: nada nuevo. Tiene algunos parates en los que las persecuciones y la tensión fallan.
PUNTAJE: 6,4