Buscando un amigo para el fin del mundo

Crítica de Cristian Cárdenas - Cinematiko

El cine ha imaginado hasta el hartazgo la manera en que podría terminar la vida en la tierra (inundaciones, terremotos, virus pandémicos, asteroides, etc.) con todas esas amenazas neutralizadas a último momento de la forma más dramática posible. Sin embargo, eso no es lo que veremos en Buscando un amigo para el fin del mundo, la ópera prima de la directora y guionista Lorene Scafaria. El film plantea un interrogante simple pero a la vez muy concreto: ¿qué harías si solo tuvieras unas semanas de vidas antes de se termine el mundo? Están desde los que dirían “pasar más tiempo con mi familia y amigos”, aunque también están aquellos que se entregarían al hedonismo más puro hasta que llegue el fin de los días. Lo cierto es que el film es muy disfrutable gracias a un buen guión y a un Steve Carell impecable que demuestra que también puede componer roles dramáticos.

Desde el comienzo la historia pinta un panorama sin esperanzas: Dodge (Carell) escucha el anuncio de que el último intento por desviar un meteorito llamado Mathilda ha fracasado y que solo quedan 21 días de vida en la Tierra antes de que colisione contra nuestro planeta. Acto seguido, su esposa lo abandona y huye con rumbo desconocido. Solo y desconcertado, Dodge continúa yendo al trabajo y se niega a entrar en el terreno del “vale todo” que sus amigos parecen haber adoptado. Todo indica que Dodge pasará el resto de sus pocos días en soledad hasta que inesperadamente conoce a Penny (Keira Knightley), una vecina con quien nunca se cruzó y que sin querer guardó una carta muy importante para el personaje de Carell, que luego lo llevará en un viaje para recuperar a un amor de juventud.

Mezcla de road movie y comedia romántica con un toque de drama, Buscando un amigo pone a dos personajes, en apariencia disímiles, en un viaje introspectivo que los cambiará para el (breve) resto de sus vidas, al mismo tiempo que siempre tiene presente las consecuencias del inminente fin del mundo y lo demuestra a cada paso (una gran muestra de ello es la desopilante escena en el restaurante Friendsy’s). Más allá del caos generalizado (motines, suicidios, etc.) los protagonistas tratarán de mantenerse lo más normal posible teniendo en cuenta las circunstancias, mientras uno en la audiencia comienza a plantearse qué haría si estuviera en esa misma situación. Por otro lado, si bien la historia está bien llevada, Scafaria tiene una película dividida en dos con respecto al tono: la primera parte es toda comedia y la segunda es todo drama. Es así que la trama nunca logra conjugar ambos tonos con éxito y esa es la mayor crítica que se le puede hacer.

Buscando un amigo para el fin del mundo es un film prácticamente inclasificable ya que mezcla varios géneros a la vez y, por suerte para el espectador, logra hacerlo bien la mayoría de las veces. Con un Steve Carell diferente a lo que acostumbramos a ver y una banda de sonido “retro” de excelente factura, la película oscila entre el humor negro y el drama de una existencia con los días contados que enfrenta lo inevitable, estoico, a pesar de que el mundo se caiga a pedazos.