Blue Velvet Revisited

Crítica de Rolando Gallego - Lúdico y memorioso

Nada haría suponer a Peter Braatz que en el simple pedido de una entrevista se forjaría un documental que 31 años después podría desnudar los orígenes de uno de los cineastas más particulares y novedosos de todos los tiempos.

Con material inédito, que va más allá del making off, Braatz, que tuvo acceso ilimitado al set y protagonistas de “Blue Velvet”, cuarta película de David Lynch, construye una verdadera obra de arte que pone de manifiesto el comienzo de un autor aún vigente y que continua provocando a los espectadores.