Bienvenido a Alemania

Crítica de Martín Chiavarino - Metacultura

Un nuevo comienzo

El quinto film del realizador alemán Simon Verhoeven (Friend Request, 2016) es una comedia dramática que se centra en la tragedia de un refugiado africano en la ciudad de Múnich en Alemania que ha solicitado asilo para escapar de las guerras políticas y religiosas de su país y su relación con la familia que lo recibe con el fin de analizar la realidad alemana a través de la cuestión de los refugiados.

Angelika (Senta Berger) y Richard Hartmann (Heiner Lauterbach) son dos abuelos que viven peleando todo el día en su magnífica y espaciosa casa en Múnich producto del trabajo de Richard como cirujano artroscópico. Mientras que la mujer ignorada por su marido busca cariño en su simpática mascota, un gato y acude al centro que aloja a los refugiados que huyen de la guerra para ayudar y donar ropa, Richard despotrica en la clínica que dirige contra los residentes, con su familia en el hogar y con todo aquel que se le cruce por el camino a la vez que acude a la clínica de cirugía estética de su amigo Sascha (Uwe Ochsenknecht) para sentirse mejor con su aspecto físico como sucedáneo y reacción contra las manifestaciones físicas y psicológicas de su envejecimiento. Mientras tanto Diallo Makabouri (Eric Kabongo), un refugiado nigeriano tiene la esperanza de ser aceptado como ciudadano alemán y acude a una entrevista con la anciana pareja alemana que decide adoptar uno para ayudar a su integración en la sociedad germana y llenar el hueco entre ellos a través de una acción benéfica.

A su vez, la hija de la pareja, Sophie (Palina Rojinski), una estudiante crónica que no puede decidir que va a hacer con su vida y tampoco puede sacarse de encima a un taxista que la acosa y el hijo Philipp (Florian David Fitz), un abogado corporativo recientemente divorciado que no le presta atención a su hijo Basti, que filma videos y compone canciones de hip hop con sus amigos de la escuela, regresan al hogar para pasar un fin de semana y entablan amistad con el divertido y melancólico refugiado.

Bienvenido a Alemania (Willkommen bei den Hartmanns, 2016) es un film que narra todas estas historias al mismo tiempo, así como la de otros personajes secundarios construyendo un caleidoscopio de idiosincrasias y caracteres respecto de la encrucijada de los ciudadanos alemanas alrededor de la inmigración reciente y la tensa relación planteada con los refugiados africanos y asiáticos que deambulan por Europa.

Con un divertido guión, ideológicamente inocente y simplista, pero ameno y de orientación progresista, el film pone de manifiesto la falta de políticas inclusivas poniendo el eje en el rol del voluntariado y en la necesidad de crear conciencia respecto de la importancia de la acciones individuales y colectivas para ayudar a los inmigrantes que en su mayoría escapan de situaciones traumáticas no exentas de violencia y masacres.

El opus de Verhoeven es así un manifiesto en favor de la multiculturalidad, el reconocimiento de la diversidad como enriquecimiento cultural y social y funciona como una propuesta de acción individual para mejorar la inclusión de los inmigrantes refugiados en la sociedad alemana en una época conflictiva de alienación y anulación de la memoria y la experiencia mientras las fuerzas reaccionarias se posicionan en todo el mundo como una alternativa válida ante la inacción de los partidos liberales, conservadores y sus aliados variopintos.