Belleza inesperada

Crítica de Rolando Gallego - El Espectador Avezado

Fin de año, fiestas, reencuentros, emociones, los grandes estudios de Hollywood siempre tienen a mano un guión que aludiendo a la fecha permita construir un relato en el cual el espíritu festivo permita, además, introducir valores en forma de narración cinematográfica.
Todos los años somos testigo de varias de estas producciones, y si bien en el último tiempo la elección de la comedia ha marcado el paso, el drama también encuentra su lugar en films como “Belleza Inesperada” (USA, 2016), de los estudios Warner, quienes apelaron al oficio de David Frankel (“El diablo viste a la moda”, “Marley y yo”, “Mi gran oportunidad”, entre otras) para construir esta pequeña caja de pandora.
“Belleza Inesperada” comienza con un timming preciso, una adrenalínica historia en la que uno de los CEOS de una agencia de marketing (Will Smith) ve como su vida no logra volver a ser lo que era a pesar de los esfuerzos de su socio y amigos (Edward Norton, Kate Winslet, Michael Peña) po revertir la situación.
Howard (Smith) sufrió una pérdida muy grande y no logra recomponerse, y mientras su empresa se debate entre la quiebra o la posibilidad de que sus compañeros demuestren que no es capaz de tomar alguna decisión, la trama de “Belleza Inesperada” avanza con una drástica decisión que tomaran en equipo para cambiar la suerte de todos.
Cuando Whit (Norton) conoce en medio de un casting en la agencia a una joven (Keira Knightley) y luego se entera que la misma es una actriz del off, se le ocurre armar un plan para que Howard crea que está insano y así le deje el control de la empresa.
Si bien en el arranque, y hasta que el plan se ponga en marcha no saben si funcionará, tras contratar a Amy (Knightley) y sus compañeros de tablas (Helen Mirren, Jacob Latimore) y una investigadora que documenta los pasos de Howard todo se encauza a que el inmediato control de la firma esté en sus manos.
Pero a medida que éste avanza, los conflictos éticos y morales de cada uno también, por lo que “Belleza Inesperada” no será sólo la historia de el dueño de una agencia de publicidad que intenta sobrevivir a un dolor inmenso como lo es la pérdida de un hijo, sino que, además, terminará por plantear los problemas de cada uno de los protagonistas que terminaran por buscar soluciones con esos actores que contrataron para asustar a Howard.
El tiempo, la muerte y el amor, son los tres parámetros narrativos y disparadores de la acción que tendrá Frankel para jugar con sus actores, siendo el amor (Knightley), la muerte (Mirren), el tiempo (Latimore), aquellos sucesos/eventos emparentados con cada uno de los protagonistas.
Si el personaje de Winslet sueña con ser madre, el de Norton desea a toda costa recuperar el amor de su hija, mientras que el de Peña debe sincerarse con su familia sobre su enfermedad, esos hechos, terminarán por configurar el espíritu de historia coral al estilo “Scrooge” o “Un cuento de navidad” en el que la moraleja final termina por transformar, para bien, a sus personajes.
“Belleza Inesperada” se presenta como un filme dramático que en las diferencias de sus protagonistas bucea en el espíritu y las emociones humanas, aquellas que a diario muchos intentan esconder pero que inevitablemente surgen y salen a la superficie sin siquiera poder negar que las tenían. Película para ver en familia y debatir sobre cómo, necesariamente, hay épocas del año en las que nadie puede seguir negando sus sentimientos y emociones. Atentos a Mirren que una vez más demuestra su habilidad para interpretar lo que quiera.