Bajo el sol

Crítica de Juan P. Pugliese - EscribiendoCine

Momento de avanzar

En Bajo el sol (Zvizdan, 2015), Dalibor Matanic narra tres historias de amor protagonizadas por un croata y una serbia antes y después del conflicto armado.

1991, 2001 y 2011 son las tres fechas que elige el director para narrar las historias de encuentros y amor entre dos jóvenes que quedaron en medio del odio y la intolerancia. Jelena e Ivan, Natasa y Ante y Marija y Luka son los tres títulos que sirven a modo de capítulos y muestran la evolución del conflicto desde los primeros momentos hasta un final esperanzador.

El gran acierto de Matanic es haber elegido a los mismos actores para que interpreten a los protagonistas de los tres relatos. Tihana Lazovic y Goran Markovic brindan grandes actuaciones en papeles opuestos, sin contar la primera de las historias donde interpretan a una pareja ya consolidada que busca huir hacia la ciudad.

Es interesante la mirada del director sobre los cambios que se van produciendo en el interior de sus personajes. El agua es una constante en la película. Cuando están nadando se encuentran cómodos y aislados de los problemas y es ahí donde tienen un momento de paz para tomar una decisión.

Además de la división propuesta por el director en tres actos, el film puede partirse en dos. Por un lado, en el primer capítulo, previo al conflicto armado, la ciudad aparece como el lugar predilecto para escapar del horror que se avecina. Por otra parte, las narraciones que ocurren en 2001 y 2011 proponen una vuelta al hogar y la reconstrucción no solo en el plano material sino también en el afectivo.

Bajo el sol se configura entonces como una declaración por parte del director. En el último acto se vislumbra que se puede dejar atrás el conflicto para avanzar. El plano final es una sencilla metáfora: una puerta abierta y la esperanza que puede renacer entre estos dos pueblos.