Aquaman

Crítica de Marcos Guillén - Cuatro Bastardos

Aquaman: Nacido como Rey, críado para ser Héroe.
Llega por fin a los cines el film en solitario del Rey de los Mares y fundador de la “Liga de la Justicia”, una película capaz de rescatar el espíritu comiquero y deleitar a los fans y amantes del cine de aventuras por igual. Vamos al análisis que tanto nos complació escribir sobre “Aquaman”, dirigida por James Wan.
Todos conocemos, en mayor o menor medida, las intrincadas y complejas idas y venidas del Universo Cinemático de DC que pusieron en movimiento Warner Bros. y DC Entertainment. Quizás por eso deberíamos dejarlas a un lado, aunque en cierta manera este film es producto de toda aquella tramoya. Las ideas comienzan a tomar forma en años de la segunda entrega de la trilogía del murciélago de Christopher Nolan, incluso se barajó la idea de que fuera mencionado en “Man of Steel” de Zack Snyder cuando esta estaba en pre-producción. De hecho hubo dos guiones en proceso hasta que en 2015, al ser confirmado James Wan como director, todo volvió a foja cero y David Leslie Johnson-McGoldrick comenzó con la escritura de un nuevo libro que concluyó junto a Will Beall.
Mencionamos a James Wan, y deberíamos detenernos por un momento aquí, porque fue una buena jugada la que el estudio hizo poniendo a este realizador al frente del film en solitario del Rey de los Mares. Más aún con el desastre de crítica que fue “Batman v. Superman: Dawn of Justice”, estrenada al año siguiente, es decir 2016. Wan es archi-conocido por sus filmes de género, los cuales en su mayoría terminaron siendo millonarias franquicias: “Insidious (2010)”, la celebrada “The Conjuring (2013)” y claro, Saw o El juego del miedo, que más que terror fue un thriller gore. Pero también fue artífice de la séptima entrega de Fast & Furious, calificada como una de las mejores de la saga. Con esto, el realizador demostró la capacidad de llevar a cabo un producto de acción desenfrenada como también un drama, en clave de thriller, familiar e intimista; digamos The Conjuring 2: The Enfield Poltergeist (2016).

“Se puede mantener viva una vieja tradición renovándola a partir de las circunstancias presentes” – Campbell, J. (1988). El Poder del Mito.

Entonces llegamos a lo que nos compete hoy, “Aquaman”. El niño nacido entre dos mundos, criado como un ser ordinario en uno y el heredero real del otro. Los inicios del héroe no se alejan mucho de la fórmula utilizada por los creadores de Superman, Siegel & Shuster. Vamos, el conocido camino que todo héroe recorre. No está de más notar que el personaje se llama Arthur, como cierto rey criado por una familia adoptiva, que ignoró durante su infancia su señorial ascendencia. Paul Norris y Mort Weisinger fueron sus creadores, cuya primera aparición data de 1941. Pero fue recién en la era de plata en que se lo dotó de una madre venida del mar. En los años siguientes el personaje seguiría mutando. Orin, su nombre en el reino de atlántica, ha tenido un ciclo digno de un personaje mitológico, si se nos permite la comparación. Porque quizás DC Comics siempre trabajó esa linea con sus personajes, por lo menos los más conocidos. Sus historias personales, sus aventuras, los enemigos, han sido construidos como un vasto tapiz mitológico abarcándolo todo, buscando la inmortalidad como lo hicieran Hércules y sus trabajos, Aquiles y su carrera hacia la muerte gloriosa y por qué no, el humillante y oscuro final de un Edipo o Teseo. Estas criaturas son los arquetipos de tales personajes para la era moderna.
Entonces “Aquaman” de James Wan retoma ese hilo y construye un film de inicio, aún habiendo pasado este por la controvertida (por decir, mínimamente) “Justice League (2017)”, dándole al personaje la oportunidad de contar su historia en solitario con las justas y necesarias referencias al resto del universo cinemático al que pertenece. Y lo hace, y ahora entenderán tan largo prólogo, utilizando las herramientas básicas de un clásico relato de monomito (las regalías de Joseph Campbell deben de ser astronómicas). Cercano, aunque no igual, a lo hecho por David S. Goyer en “Man of Steel”. El extenso proemio de la película se construye con una magnifica secuencia, que rápidamente interioriza al espectador en el nacimiento e infancia de Arthur con la nunca bien ponderada voz en off del actor Jason Momoa, que aquí resulta eficaz, para luego pasar al acto central de historia sin dilación. Los estadios son precisos, la revelación – el conocimiento de su ascendencia y el conocimiento de que no es un hombre ordinario -; la llamada, con la aparición de Mera (Amber Heard) cual diosa del submundo que hace oír al protagonista cual es su destino; la negativa de Arthur de transitarlo; el empuje que el fatum le da; las pruebas a las que Vulko (Willem Dafoe) lo somete y un largo etcétera (son 17 pasos según el estudio de Campbell) que construyen la trama, que sabiamente los guionistas quitaron todo vestigio de solemnidad haciendo de Arthur/Aquaman un personaje mucho más relajado y simpático, a fuerza de construirle una personalidad mucho más jovial y de entendederas más básicas. Aunque no es raro, ya que el héroe siempre es más sencillo, simple de razonar, que el retorcido, carismático y siempre angustiado antagonista/villano. El Rey Orm (interpretado por un histriónico Patrick Wilson) es la sombra de nuestro paladín.
Eso y las magnificas secuencias de acción que se han creado para deleite de los amantes de las buenas peleas mano a mano, porque si la secuencia vista en el avance fue de su agrado, los espera un verdadero “tour de force” en los 143 minutos que duran el film. Es en los efectos especiales en que realmente está la base de esta aventura, puesto que Industrial Light & Magic (ILM) y Fractured FX, por nombrar dos de las compañías, han construido un logrado universo acuático que mucho les recordarán las viñetas de Brightest Day Aquaman de Ivan Reis. Porque si de historietas hablamos, también Kym Barrett, en el diseño de vestuario, busca la continuidad con ellos, logrando un realista paso a tres dimensiones de los clásicos trajes que visten los personajes.
Clásico, hemos repetido una y otra vez el termino porque el film en su totalidad está construido en esa perspectiva, con el entretenimiento como estandarte, el puro y casi infantil juego de malos y buenos definidos hasta en los colores que visten. Más no nos atrevemos a pedir ya que es la idea de un film con un protagonista como Aquaman, al que añaden una actitud ruda y algo ingenua. Mera llegará a decir “¿y este es quien nos gobernará?” Por supuesto que Arthur Curry aprenderá a ser Aquaman, pero lo siniestro del viaje se atempera lo suficiente como para que la aventura no decaiga. Es en el segundo acto cuando quizás el espectador sienta cierto tedio. La trama de la búsqueda que hacen los protagonistas puede ser algo cansina por las vueltas que da, con esa fascinación actual por las películas que superan las dos horas de metraje. Rescataremos el personaje de Dolph Lundgren, el rey Nereus, no solo porque el actor es parte de nuestro podio de admirados, sino también por la ambigüedad que sostiene, siendo el representante de la capacidad de un gobernante de salir adelante no importa cómo, clara alusión a los años más oscuros de nuestro querido personaje.
En definitiva, más allá de la perdida de ritmo en su segundo acto y el siempre presente deus ex machina​, que tampoco es para tanto, es una trepidante aventura a la que le sobran varios minutos, en la que Jason Momoa brilla y deja lo mejor de él, con un elenco que aplica y supera las expectativas. James Wan hace un formidable trabajo de cámaras, que ayuda a sumergir al espectador en la trama, con una imaginería visual impactante y sin embargo no deja, uno que es el reseñador, de parecer un tanto fuera de su tiempo, como si estuviéramos viendo una de esos films de acción de los ochentas (lo que puede no ser negativo también). Un apartado debería tener Don Burgess y su dirección fotográfica cuya capacidad de crear épica es innegable y poderosa. Es él quien logra darle al film el monumental aspecto que todo relato mítico merece. Realmente disfrutarán su trabajo aquí.
¿“Aquaman” de James Wan es una aventura como la que los fans del cómic merecen? Creemos que no saldrán decepcionados, y es una película que divertirá a los cinéfilos en busca de esparcimiento sincero y alocado. Que no se tome tan en serio el nacimiento del héroe ayuda en gran medida, que el ceño fruncido produzca risas, funciona. Que en gran parte sea una buddy movie, la relación de Aquaman y Mera, hace del film un paseo grato, a lo Sledge Hammer y Dori Doreau, David Addison y Maddie Hayes.

Cambia la marea, el rey se aproxima y da inicio la aventura…