Anomalisa

Crítica de Carlos Manuel Horazzi - Citricón

La segunda película dirigida para el cine por Charlie Kaufman, Anomalisa, nos lleva a un mundo tremendamente humano, paradójicamente, por medio de la animación. Michael, nuestro protagonista (con voz del enorme David Thewlis) viaja a Cincinatti por negocios y conoce a Lisa (Jennifer Jason Leigh).

Y listo, no les puedo contar mas de la historia, porque la brillantez de la película no esta en eso (aunque la profundidad de los personajes hacen que la historia simple tenga otra dimensión) sino que reside en la decisión de hacerla animada. La animación Stop Motion (es decir, hecha con “muñecos” y fotografiada cuadro por cuadro para después reproducirla a 24 fotogramas por segundo y dar la sensación de movimiento) es al mismo tiempo magnifica como incompleta. Muchas veces se nota que no están los muñecos terminados, o que las caras son intercambiables, pero no trata de engañarnos, y eso nos permite de alguna manera insertarnos mejor en la historia.

Otro gran detalle, magnifico, y tan genial que no entiendo como no se le ocurrió antes a nadie, es que todos los personajes, excepto nuestros protagonistas, tienen la misma cara y comparten la misma voz (Tom Noonan), haciendo de ellos comunes, planos, y diferenciándolos de nuestros dos protagonistas, los únicos originales y “distintos” de toda la historia. Calculo que en ese detalle esta la idea de hacerla animada, pero no me atrevería a meterme en la cabeza del guionista de “Quieres ser John Malkovich”, aunque el no tiene problemas metiéndose en la cabeza de los demás, aparentemente.

En resumidas cuentas, la película es un viaje a la vida de un hombre, que conoce a una mujer, en un viaje, con todo lo que ello conlleva. Con la locura a la que nos tiene acostumbrados, Charlie Kaufman nuevamente logra meternos en un mundo extraño, pero a la vez, extremadamente familiar.