Anna Karenina

Crítica de Fernando Iannantuono - Cine crítico

Un romance aristocrático

A través de una rara producción teatral se narra la historia de como en la burguesía rusa una mujer casada con un alto funcionario arriesga todo por su romance con un militar. Un relato basado en el amor, el honor y el sacrificio cuyo mayor interés proviene en el choque entre el deseo y las reglas dictadas por la sociedad. Aunque la pasión de los personajes y el complejo retrato de la clase alta es verdaderamente asombroso, su pretenciosa ambientación teatral junto a un desenlace apresurado e inconcluso hacen de la película un producto fallido.
Basada en la famosa novela de Tolstoi se narra esta historia de amores prohibidos en donde a través de dos relatos, el triangulo amoroso principal de un matrimonio jaqueado ante el amante de la esposa y el romance entre dos jóvenes angustiados por el rechazo amoroso, se describe como la ventajosa posición social puede volverse de diversas maneras angustiosa para sus protagonistas. Si bien, la trama secundaria es un tanto débil y por momentos carece de relevancia, el conflicto principal es maravilloso en su forma personificar el deseo y las dificultades de intentar controlarlo. Incluso la película encierra una visión maravillosamente crítica sobre las nociones de moralidad y ética de la sociedad de aquella época. Instancias como la hipocresía de la protagonista en sus pedidos de perdonar y ser perdonada encierran al relato en una complejidad tan asombrosa que incluso tiene espacio para mostrar el otro costado de la tragedia donde el personaje del marido se ve envuelto en un sufrimiento por el cual él no ha hecho nada para merecerlo. Sin embargo, hacia al final la trama tan fascinante en su profundidad, va perdiendo complejidad y su desenlace termina apresurándose en emociones forzadas y resoluciones injustificadas.

No obstante, más allá de los logros de la historia, lo primero que se observa en "Ana Karenina" es su extraña manera de ser narrada. Casi toda la trama esta ambientada en el interior de un teatro (afuera y dentro del escenario) y las distintas secuencias son unidas con transiciones donde en una escena termina con el comienzo de la siguiente y viceversa. Es decir, la producción de la película fue realizada a través de un fuerte concepto donde la metáfora de la falsedad en la sociedad rusa se vuelve literal en forma de teatralidad. Una idea interesante que lamentablemente resulta un ejemplo de que pasa cuando la forma supera al contenido, ya que si bien la película puede presentarse como una caracterización teatral, todo lo demás se corresponde a un ambientación bien detallista y realista, tanto en vestuario como en actuaciones, lo cual hace que toda la experiencia quede desbalanceada. Mientras se observan a personajes sufrir muy intensamente y de manera tangible, el escenario es completamente falso. Por lo tanto, nada es real y los conflictos tan melodramáticos de la película se diluyen en superficialidad. Incluso toda la mirada de la sociedad rusa se vuelve banal.