Amor de medianoche

Crítica de Alejandro Lingenti - La Nación

Desde el estreno de Love Story, aquella empalagosa película de los años 70, el cine norteamericano ha producido una cantidad generosa de largometrajes apoyados en amores de juventud inocentes y condenados. En este, remake rutinaria y poco inspirada de la producción japonesa Taiy? no Uta, la chica que encarna con solvencia Bella Thorne sufre una extraña enfermedad que la obliga a vivir en la oscuridad (la misma que tenía el atribulado Brad Pitt en The Dark Side of the Sun, su primer protagónico). Hasta que aparece para liberarla Patrick Schwarzenegger (hijo galán de Arnold), un joven nadador frustrado con el que vive una lacrimógena historia romántica filmada con estética publicitaria.