Amigos intocables

Crítica de Nicolás Manca - El Espectador Avezado

La película se nos presenta con la leyenda “Basada en una historia real”, para luego seguir con una gran escena inicial, donde el manejo de la música, y de la cámara es brillante y podemos disfrutar la magnitud del poderoso sonido del motor de un Maserati. Luego de esto comienza una interesante secuencia de créditos, esta vez al sonido de la alegre y festiva “September” de Earth, Wind and Fire, que va a marcar lo que será el tono del relato en general.
Esta comedia dramática llegó a ser la segunda película francesa más exitosa en este país, después de “Bienvenidos al Norte”, que para ser honesto ni siquiera la conozco, y cuenta con la dirección de la dupla gala Olivier Nakache y Eric Toledano. Trata sobre un carismático inmigrante francés, amante de la música de los 80, llamado Driss, interpretado por un genial Omar Sy que asiste a una entrevista para ser el cuidador de Philippe (François Cluzet) un millonario cuadripléjico, simplemente para obtener una firma que demuestre que está buscando trabajo; necesita tres firmas para tener derecho a cobrar un subsidio.
Por supuesto, para beneficio de la historia Driss es contratado pese a ser el menos capacitado de todos los candidatos, y sobre todo pese a ser quien menos interesado está en obtener dicho puesto. Según mi punto de vista Philippe lo contrata para su propia diversión, para ver qué sucede y cómo se adapta, siendo esto una especie de experimento.
La historia es relativamente común en el cine, dos personas de edades y ámbitos diferentes, totalmente apuestas en los papeles, logran entablar una amistad, beneficiándose ambos de la misma, se ha mostrado varias veces en celuloide, por ejemplo en Good Will Hunting, Finding Forrester, Gran Torino, entre muchas otras.
Pero aún así, trillada y todo, es una gran película, con actuaciones brillantes, escenas en las que nos reímos a más no poder, un gran despliegue musical y una fotografía bastante interesante son todos puntos fuertes en el film. El mismo nos recuerda lo importante que puede llegar a ser una persona en nuestras vidas. Yo creo que nuestras vidas están cambiando todo el tiempo, pero hay momentos de inflexión, y muchas veces estos momentos son cuando nos relacionamos con otra persona.
Si bien la secuencia inicial está muy bien realizada, no suelo coincidir con esa manía que existe hoy en día de comenzar los relatos por el final. Si bien los saltos temporales durante un relato en general lo hace más dinámico, cuando una película no va a ser compleja, narrativamente hablando, me refiero a un relato lineal en su mayoría, no veo la necesidad de no empezar una historia por el lugar más lógico, el principio, o por lo menos lo que arbitrariamente decidimos que es el principio.
Pese a esto la película es una gran comedia dramatice, con un tono alegre, una historia de amistad, que intenta enseñarnos a no prejuzgar y sobre todo a arriesgarse e intentar vivir la vida al máximo. Una de esas películas que les suele gustar a todo el mundo, y para mi sorpresa también a mí.