Amigos intocables

Crítica de Alejandro Castañeda - El Día

Historias reales y recuerdos inventados

A veces el tema es tan fuerte que acaba determinando el estilo del filme. Y esto suele pasar con estas películas que apuntan a dar lecciones de vida. El filme une a Philippe, un aristócrata parisino que ha quedado tetraplégico y Driss, un confianzudo senegalés que vive a los tironeos con su familia en una precaria vivienda pública. Philippe después de varias entrevistas, decide contratar a Driss para que lo asista en todo: es su chofer, lo viste, lo limpia, lo conversa. Driss no tiene ganas de hacerlo, pero no le queda otra. Es audaz, impertinente, caradura, pero hace todo tan bien que va ganando influencia y presencia en esa bella casona. Lo cura, lo divierte, lo atiende, lo anima, endereza a su hija y hasta le consigue compañía. El filme está lleno de trampas y golpes de efecto. Es demagógico y falsamente simpático. Termina demasiado bien, pero dicen que es una historia real.