Amigos de armas

Crítica de Rolando Gallego - El Espectador Avezado

Basada en una historia real, o al menos así lo indica una leyenda antes y después de la narración, “Amigos de Armas” (War Dogs, USA 2016), de Todd Phillips, es una espasmódica película en la que se cuenta el ascenso y caída de dos amigos inexpertos en el mundo del tráfico internacional de armas.
Si en “Lord of the War” (2005), Andrew Niccol tocaba el mismo tema, pero de una manera dramática, aquí Phillips, gracias a su potente y solvente paso por la comedia guarra, bizarra y física, logra revertir el dramatismo para transformarlo en la posibilidad de generar una empatía con los protagonistas desde el humor, sin dejar de lado la reflexión.
Cuando David (Miles Teller), harto de la rutina, se topa en un funeral con su amigo de la secundaria Efraim (Jonah Hill), nada lo haría suponer que esa casualidad le cambiaría el destino para siempre.
Efraim, con la misma edad, y sin ningún compromiso (David está casado y a punto de ser padre) ha construido un pequeño imperio mediante el tráfico de armas, o, mejor dicho, con la posibilidad de venderle al Gobierno armas e insumos a través de propuestas “legales” en internet.
El asunto es así, el gobierno de Estados Unidos, en pleno conflicto bélico, publica en internet las necesidades de armamentos que tiene y el mejor postor obtiene la licencia para venderles aquello que requieren.
De a poco, negociando, no siempre de la mejor manera, terminan por conseguir los más suculentos tratos, a pesar que la inexperiencia les jugaba en contra, y en particular David, que deberá mentirle a su mujer (Ana de Armas) constantemente, hasta que, cual revelación, ella se entere de la verdadera profesión de su marido y los viajes que hace, en los que obtiene el dinero mal habido con el que mantiene todo.
El guión entonces, hábilmente, se detiene en esos dos puntos, uno, la tensión que se genera en cada negocio próximo a resolverse y por otro lado la vida personal de ambos, llena de excesos, que puede jugarles en contra en cualquier momento.
El dinamismo de la edición, y el stop y slow motion, también enfatizan momentos claves del filme, el que, con una narración símil videoclip va logrando plasmar la complejidad del relato y lo jugado y rico de cada uno de los personajes.
En un momento particular de la producción cinematográfica Hollywoodense, es bienvenido el aire fresco que impregna “Amigos de Armas”, una cinta que sin pretensiones logra contar un hecho de corrupción política y económica dentro del seno del Gobierno y las Fuerzas Armadas de Estados Unidos que, si bien generó un escándalo en su momento, siguen tan sucios como siempre.