Amenaza bajo el agua

Crítica de Mariana Zabaleta - Subjetiva

Son pocos los itinerarios imaginarios que nos llevan a la sala a ver esta película. Un encuentro con amigos, una cita o quizás la urgente pulsión de encerrarnos en el cine, acomodarnos en la confortable oscuridad y olvidarnos del afuera. Por otro lado, es claro que Amenaza bajo el agua tiene un público super especifico, entomólogos y paleontólogos amateurs, fanáticos fascinados que encuentran en las feroces fauces animales el goce del caos y el terror.

El director Andrew Traucki parece ser uno de ellos, me arriesgo a decir que pocos directores tienen tantas películas de este estilo en su haber. Sin dudas Tiburón rompió todo esquema, con poco menos de un siglo de estreno, la sublime mandíbula esta tan arraigada en la retina genérica del terror que no podemos dejar de pensar en ella. Es notable como sus predecesoras intentan tibiamente reproducir su suspense, sea un tiburón, un cocodrilo o un extraterrestre, la trama del cazador cazado es fácilmente capaz de construir una historia atrapante.

Amenaza bajo el agua no lo logra, la clásica historia del desprevenido grupillo de amigos aventureros no nos engancha por ningún lado. Sin el suspense, debito a giros y técnicas narrativas fallidas, la película tampoco nos contenta apostando a la espectacularidad de la bestia. Los pocos y breves cameos al cocodrilo estrella no nos permiten apichonarnos ante el superdepredador.

Ni las actuaciones, ni la banda sonora, aportan lo suyo a construir terror. La subtrama dramática entre las parejas, y el redundante final, parecen querer reafirmar la resiliencia (o suerte) de los personajes femeninos. Para desventura de los aguerridos guías, en la naturaleza, también existe la territorialidad del macho.

AMENAZA BAJO EL AGUA
Black Water: Abyss. Australia, 2020.
Dirección: Andrew Traucki. Intérpretes: Jessica McNamee, Luke Mitchell, Amali Golden. Duración: 98 minutos.