Amante fiel

Crítica de Carolina Taffoni - La Capital

“Amante fiel” le debe casi todo a la Nouvelle Vague de los 60, y en especial a François Truffaut. No es extraño. Su guionista, director y protagonista es Louis Garrel, hijo del realizador Philippe Garrel y ahijado de Jean-Pierre Léaud. Mucha nobleza del cine francés. Sin embargo, Louis Garrel no es pura referencia al pasado y tiene talento propio. Su segunda película como director, “Amante fiel”, es una buena prueba. Acá el foco está puesto en algunas obsesiones heredadas de su padre: el triángulo amoroso, las relaciones complejas, las mujeres vitales y seguras y los hombres a su eterna sombra. Con su tono de comedia asordinada, la película comienza con un diálogo imperdible. Abel (Garrel) convive con Marianne (Laetitia Casta). Una mañana ella le dice como si nada que está enamorada del mejor amigo de él. Y además está embarazada (del amigo). Ellos se separan, el tiempo pasa, pero después volverá el amor con sus triángulos, sus celos y sus idealizaciones. En el medio aparecerá el personaje de Eve (Julie-Rose Depp, la hija de Johnny Depp) y un niño enigmático que desnudará la inmadurez de los adultos. En apenas 75 minutos, Garrel redondea una historia que sólo necesita del amor (y sus infinitos recovecos) para conmover y seducir.