Alicia en el país de las maravillas

Crítica de Sebastián Clemente - La Razón

80

Un mundo mágico

Tim Burton le pone su sello al clásico cuento de Lewis Carroll, hecho para Disney y filmado en 3D.

Johnny Depp y Helena Bonham Carter, actores fetiche del director, junto a Mia Wasikowska, son los protagonistas.

En general, el público sabe con qué se encontrará cuando va al cine a ver una película de Tim Burton. El hombre que resucitó a "Batman" para la gran pantalla, el que conmovió con "El joven manos de tijera" y "El gran pez", o el que se volvió más oscuro que nunca con "La leyenda del jinete sin cabeza" y "Swenney Tood", se asoció con Disney para dar su versión de "Alicia en el país de las maravillas" y, como no podía ser de otra manera, logró una película distinta, en la que va de situaciones oscuras a otras muy luminosas, y en la que crea un mundo mágico en todo sentido.

Dice la leyenda que a Burton lo echaron de Disney, en donde trabajaba como dibujante, y que ahora, tras varios años, y luego de unas cuantas películas, volvió con sus condiciones. Un fue que le permitieran hacer su versión del cuento que Lewis Carroll escribió en 1865 y que tuvo, antes de esta, 21 aproximaciones cinematográfcias.

La Alicia de Burton, interpretada con solvencia por la australiana Mia Wasikowska, es una joven de 18 años y no una nena de 6 o 7, como en el cuento. Además, el sombrerero loco tiene un protagonismo mayor. Para ese personaje Burton confió en Johnny Depp, en el séptimo trabajo en conjunto. Y Depp entrega una interpretación soberbia, en la que demuestra que le sobran los recursos para, por momentos, componer a una desequilibrada y oscura criatura, y al rato generar los momentos de mayor ternura de toda la película.

El otro gran rol del film está a cargo de otro fetiche de Burton, que además es su esposa. Helena Bonham Carter es la reina roja, cuya maldad es altamente creíble. En los gritos y los caprichos de uno de sus dos hijos confesó haberse inspirado ella para dar con el personaje. Anne Hathaway, la reina blanca, es, junto a Mia Wasikowska, la otra actriz inesperada. Mayormente conocida por comedias y dramas románticos como "El diablo viste a la moda", "Guerra de novias" o "Día de los enamorados", Hathaway se suma de manera efectiva al mágico mundo que propone Burton.

"No creo que ninguna de las anteriores versiones haya quedado como una marca demasiado fuerte y eso ayudó", declaró Burton en una nota reciente, y agregó: "Y también lo hizo el hecho de que fuera en 3D. Me pareció que era la mezcla perfecta entre contenido y medio. Eso fue lo que me mantuvo superentusiasmado durante todo el proceso".

Alicia, a punto ser "casada" con un candidato conveniente, vive un debate interno, en el que intenta def inir su identidad, cuando está por dejar la inocencia para pasar a la vida adulta.

Es así que, por seguir a un conejo con saco azul, cae en el pozo que la lleva a un país llamado Underland (bajo tierra) y no Wonderland (país de las maravillas).

El cambio, con respecto a otras versiones, tiene su explicación: el manuscrito que Carroll le regaló a Alice Liddell, la nena que lo inspiró, se titulaba "Alicia en el país bajo la tierra". Alicia estuvo allí de niña, pero no lo recuerda.

Y ahora volvió para cumplir con una profecía que terminará de convertirla en adulta.

Burton le agrega un conflicto al personaje, siempre retratado como una niña inocente que de pronto se encuentra en medio de un mundo en el que distintos personajes la acompañan en distintas aventuras.

La película oscila entre distintos climas. Hay momentos en los que el miedo y el misterio se adueñan de las acciones.

También hay espacios para la aventura y otros que dan lugar a la emoción y a la ternura. Todo, sumando la onírica puesta en escena con la que Bur ton recrea Underland, ayudado por la tecnología 3D, hace que la hora cuarenta que dura el film se pase rápido, y que la sensación que quede es la de haber visto un cuento en un mundo mágico, capaz de maravillar y a atrapar a adultos y a chicos por igual.