Alicia a través del espejo

Crítica de Leonardo González - Río Negro

“Alicia a través del espejo”, un clásico traicionado en la pantalla

Charles Lutwidge Dodgson, más conocido como Lewis Carroll, es considerado como uno de los fotógrafos más importantes de la época victoriana, pero también como uno de los más influyentes de la fotografía artística contemporánea.

Si bien dominaba a la perfección este arte, no se quedó sólo con ello y tenía como objetivo escribir y hacer algo que prevaleciera en el tiempo.

El 4 de julio de 1862 (según su propio diario) inventó el argumento de lo que sería su obra definitiva. Él y su amigo el reverendo Robinson Duckworth llevaban de paseo por el río Támesis a las hermanitas Lorina (13), Alice (10) y Edith (8), hijas de Henry Liddell, deán de Christ Church, en donde Dodgson trabajaba dando clases de matemática.

Para entretenerlas improvisó una historia y después del paseo Alice le pidió que la escribiera –según Lewis Carroll, la historia no estaba basada en ella–.

Así lo hizo y después se lo llevó a un editor que, tras pensar en títulos como de “Alicia entre las hadas” y “La hora dorada de Alicia”, lo publicó en 1865 como “Las Aventuras de Alicia en el país de las maravillas” (Alice’s Adventures in Wonderland), con ilustraciones de sir John Tenniel.

Fue tanto el éxito que publicó en 1871 la segunda parte: “A través del espejo y lo que Alicia encontró allí” (Through the Looking-Glass and what Alice Found There).

En 2010 Tim Burton decidió adaptar al cine la primera novela de Carroll y nos brindó un producto que dejó decepcionada a mucha gente, sobre todo por alejarse tanto de la historia original y hasta de la película animada de Disney de 1951, todo un clásico.

En “Alicia a través del espejo” (Alice Through the Looking Glass, 2016) Burton se dedicó sólo a producir y le dejó su silla al correcto James Bobin. La que siguió en su lugar otra vez como guionista fue Linda Woolverton quien, básicamente, podría decirse que lo único que tomó de la novela fue el título.

Si leíste el libro, olvidate de todo porque vaya a saber uno en donde quedó esa trama (propongo escrache público a esa señora).

Alicia (Mia Wasikowska) se convirtió en capitana de un barco con el que recorre los océanos. Cuando regresa a su hogar, se enfrenta al dilema si seguir en esta senda o asentarse y llevar una vida normal.

Pero antes de decidir sobre su futuro volverá al País de las Maravillas para ayudar a su amigo el Sombrerero (Johnny Depp), quién al encontrar un objeto de su infancia creerá que su familia asesinada sigue con vida y se deprimirá por el recuerdo de ellos y también porque nadie le cree.

La heroína robará de la casa de Tiempo (Sacha Baron Coen) la cronoesfera, un objeto que le permitirá viajar al pasado, ver si por algún motivo su amigo tiene razón y su familia se salvó de morir, y si es así tratar de cambiar los eventos sucedidos. Pero deberá tener cuidado porque si hace las cosas mal podría destruir todo ese maravilloso mundo.

Pocas cosas buenas se pueden decir de este filme, porque lo primero que indigna es que usen el nombre de un clásico literario y lo transformen en algo totalmente distinto.

Mucho CGI, mucho maquillaje, mucho efecto visual, pero nada de consistencia y poderío en la trama (muy sosa y predecible).

Como en tantas otras ocasiones, los actores pueden hacer poco y nada con un material tan mediocre. Lo único que llega de este largometraje es escuchar la voz de Alan Rickman como Absolem (fue su último filme).

Alicia debería quedarse del otro lado del espejo y no volver más, porque de este lado de su maravilla ya no queda nada.