Algo Fayó

Crítica de Santiago Balestra - Alta Peli

La historieta argentina tuvo muchos exponentes a lo largo de los años. Algunos de ellos no necesitan presentación por la relevancia enorme que tiene el autor y/o el personaje que ha creado. No obstante, y sobre todo cuando la idea es la de hacer un documental, hay ciertos autores que sí necesitan presentación, porque si se lo da por sentado se corre el riesgo de alejar al público general y limitar su historia a un nicho específico. Esa es la cuestión en la que se encuentra metida Algo Fayó 

Las vicisitudes de un historietista:
Algo Fayó cuenta la historia de Pablo Fayó, un historietista que se hizo conocido por la publicación de su obra en la revista Fierro, y posteriormente con la publicación de libros con personajes de su autoría. El documental pone el acento no solo en su obra, sino en su vida cotidiana. Particularmente, más lo segundo que lo primero.

En materia guión, cuando el documental se concentra en el oficio del historietista es cuando tiene sus momentos más logrados, donde podemos apreciar a un autor con un punto de vista muy específico a la hora de crear un personaje. Vemos cómo todo un garabato hecho en lápiz, con el aporte de la tinta, se convierte en una ilustración. Luego vemos a ese autor comulgar o estar en desacuerdo con otros colegas sobre los pormenores del oficio, al igual que lo vemos lidiar con las cuestiones engorrosas de la publicación de su trabajo.

Por otro lado, cuando intenta concentrarse en el que es a las claras su objetivo concreto, el de mostrar las facetas más íntimas del artista, es donde la película exhibe sus puntos flojos. Un punto a destacar porque estas cotidianeidades son las que gobiernan gran parte del metraje. Este es precisamente el punto donde se van a dividir las aguas y quien esté más versado en la obra del artista lo va a saber aprovechar más. Aquellos que no lo estén se pueden quedar afuera, y los primeros minutos de la historia van a darles la impresión de que la narración está dando vueltas sin establecer nada concreto. No van a estar viendo a un artista: van a ver a un tipo que toma mate, va al supermercado, etc. Lo que es una lástima porque el documental se toma verdaderas molestias en ilustrar todo el cuerpo de trabajo que este hombre tiene detrás.

El costado técnico no tiene muchos miramientos; es una puesta sencilla que se vale casi siempre de la luz ambiente. Se limita a ubicar la cámara delante del sujeto y que su testimonio sea el que haga todo el trabajo. Lo mismo va para el montaje; se limita a pegar un segmento con otro, un momento con otro, sin mira alguna hacia un orden narrativo o intensidad emocional.

Conclusión:
Algo Fayó puede resultar de interés para aquellos ávidos consumidores y conocedores de la historieta argentina. Sin embargo, representa un desafío un poco más complejo para el publico general.