Al final del túnel

Crítica de Luciana Boglioli - La Capital

Tensión en el sótano

Un robo, un banco y un túnel suelen ser herramientas muy visitadas en la cinematografía nacional, sin embargo en “Al final del túnel”, estos elementos se resignifican dando lugar a un thriller poderoso que renueva el género. Se trata del tercer largometraje del director rosarino Rodrigo Grande (Rosarigasinos” y “Cuestión de principios”) protagonizado Leonardo Sbaraglia, Pablo Echarri, la española Clara Lago, que viene de protagonizar “Ocho apellidos vascos”, la película más taquillera de la historia española. El filme cuenta la historia de Joaquín (Sbaraglia), un hombre que está en silla de ruedas y vive encerrado en su lúgubre casa. De repente, Berta (Lago), una bailarina de striptease, toca la puerta de su casa con su hija Betty pidiendo alquilar una habitación. Su presencia cambia la realidad de este hombre ermitaño que se olvidó de vivir. Una noche, mientras trabaja en su sótano, Joaquín escucha un ruido y se da cuenta que un grupo de ladrones, liderado por Galereto (Echarri) está construyendo un túnel que pasa bajo su casa para robar un banco cercano. A partir de ese momento, y casi como un rompecabezas que encaja sus piezas a la perfección, el filme desarrolla una trama intensa y enigmática que mantiene la tensión hasta el final. Una coproducción argentina española que marca un gran salto cualitativo en la carrera del director rosarino.