Al final del túnel

Crítica de Alan Prince - CineFreaks

Duro de rodar

Al final del túnel es la viva prueba de cómo el cine argentino mejoró en los últimos años. Si a ello se le suma un buen aparato de publicidad y un lanzamiento bien cubierto por la prensa -donde se brindan datos que muchas veces pasamos por alto o no sabemos- el saldo sólo puede ser positivo.

Centra en los protagonistas, Leonardo Sbaraglia y Pablo Echarri, este último estrenando su rol de productor de cine luego de algunas incursiones en televisión. Sumado a un equipo con profesionales de la talla de Vanesa Ragone y Axel Kutchevatzky, el olfato nos vaticinaba que estaríamos ante una gran producción. Y así fue…

El director Rodrigo Grande (Cuestión de principios, 2009) nos trae aquí un género totalmente diferente como lo es el thriller, en el que Sbaraglia interpreta a Joaquín, un lisiado que perdió a su familia y vive solo hasta que a su casa llega Berta (Clara Lago) junto a su misteriosa hija para alquilar una habitación. Pero el eje central es un atraco que tienen planeado en la propiedad contigua, la cual podría afectar a Joaquín, por lo que sin poder moverse, usará su ingenio para frustrar el robo y enfrentar a la banda de ladrones liderada por Galereto (Pablo Echarri).

Al igual que Kóblic, esta también es una co-producción con España, por lo que nuevamente destaco a la protagonista femenina, Clara Lago, ya que debió adaptar su acento español a uno argentino, mientras que Javier Godino debió hacer lo mismo pero a la inversa.

En cuanto a los personajes, tanto Sbaraglia como Echarri estuvieron brillantes, el primero totalmente creíble y rico en sí, una especie de Punisher argentino, mientras que Echarri tuvo mayor libertad debido a que producía y brindó un personaje poco habitual en su carrera.

Si bien la película dura dos horas, es increíble como el trabajo en equipo detrás de escena y el filme en si obliga a mantenerse en la butaca hasta que se resuelva el conflicto que avanza conforme a la trama.

Un dato de color: Walter Donado participa en el film como un integrante de la banda de Echarri; por si no lo recuerdan, es su tercera participación junto a Sbaraglia, luego de Relatos Salvajes (2014) y un comercial de Peugeot donde nuevamente busca romperle el auto. Aquí no vamos a spoilear que ocurre.